De cara a las elecciones del 2026, en el Perú prevalecerá el voto de castigo o el voto “anti”, a favor de propuestas de postura radical de derecha o de izquierda, proyectó el analista, Álvaro Quispe Pérez.
Explicó que este voto “anti o de castigo” será preponderante en la población electoral, en vista de los hechos políticos en el país, en un momento donde se perdieron todos los códigos en la política peruana.
“Las personas van a castigarlos con el voto anti o con el voto de castigo”, indicó, al recordar que también podría surgir el voto lúdico, como ocurrió en algún momento en la elección mayoritaria de congresistas del FREPAP.
Respecto al gobierno de Dina Boluarte, Quispe Pérez, lo calificó de “precario e improvisado, con falta de oficio y de gestión pública, que está Involucrado en escándalos de manera torpe”.
Consideró que la mandataria no sabe conducir el país, pero más que ello cree que el país no tiene conducción. “Con un gobierno diferente podríamos crecer por encima de 4 o 5 por ciento. Además, por la falta de rumbo en el gobierno, la gente se está yendo del Perú. Es un país que no tiene la misma esperanza la misma ilusión”, dijo.
Por ello, consideró que de cara a las elecciones del 2026, debe haber un mensaje de concertación y se debe llegar a las elecciones del 2026, con frentes de partidos. “Si no hay esa capacidad de desprendimiento, por un objetivo país, por un objetivo Perú, iremos a una fragmentación nociva”, sostuvo.
Insistió que falta un sistema de partidos sólidos en el Perú, y es curioso que en las elecciones se presenten cerca de 40 candidatos con una cédula de votación con muchos casilleros para los candidatos a diputados y senadores. “Esta fragmentación política va generar desorden, improvisación”, señaló.
Álvaro Quispe Pérez, es autor del libro “Juventudes, políticas públicas, participación y contracultura”. Al respecto dijo que hay alta participación de los jóvenes en política, pero eso no significa que haya un grado de militancia sólido de este grupo etáreo en los partidos.
“Desde el 2006 al 2022, se eligió a más de 8.500 jóvenes como autoridades en los gobiernos regionales y locales, una cifra de impacto; sin embargo, no recayó en liderazgos jóvenes o en una renovación de la política. El mejor indicador es que en el 2021 se eligió a 5 jóvenes en el Congreso”, sostuvo.
De otro lado, dijo que del universo de votantes, los jóvenes logran cualquier triunfo en cualquier elección porque del padrón electoral la juventud representa el 27,5%, es decir, más de 8 millones de votantes.
Sin embargo, indicó que los jóvenes no votan por los jóvenes, y aunque la juventud tiene una reflexión crítica no asume un compromiso y un protagonismo político, que es lo que falta en el país.
“Hay un desencanto, una distancia por que falta liderazgo. Vivimos en una democracia sin partidos, sin líderes y sin instituciones”, cuestionó al indicar que la juventud debe ser más rebelde, más contestataria respecto a las castas políticas enquistadas en los espacios políticos de siempre.