El Perú asumió la presidencia de la Red de Observancia y Aplicación de la Normativa de Vida Silvestre en Sudamérica (SudWEN), con el fin de fortalecer la cooperación y el diálogo regional para combatir el tráfico ilícito de vida silvestre.
Como se sabe, ocho países de la región integran esta red: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú.
La ceremonia fue inaugurada por el viceministro de Relaciones Exteriores, Ignacio Higueras, quien reafirmó el compromiso del Perú con la Red y su objetivo de fortalecer las capacidades de las entidades que aplican la ley, a través de la colaboración multidisciplinaria e interinstitucional dentro y entre regiones.
«El importante encargo que asume el Perú se condice con nuestro firme compromiso con la protección del medio ambiente y de la flora y fauna«, expresó el vicecanciller Higueras.
El viceministro destacó que el tráfico de vida silvestre es el cuarto mercado ilícito más importante a nivel global por lo que es fundamental implementar acciones coordinadas a nivel internacional para hacer frente a las redes de criminalidad organizada.
La presidencia de SudWEN fue asumida por el director general para Asuntos Multilaterales y Globales del Ministerio de Relaciones Exteriores, embajador Roberto Rodríguez y su coordinación general por la fiscal superior Karina Vargas, coordinadora nacional de las Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental.
La directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Ghada Waly y el representante permanente del Perú ante los Organismos Internacionales con sede en Viena y el embajador Luis Alberto Campana, enlazados desde Viena, se refirieron a la cooperación que esa entidad seguirá brindando a SudWEN.
La iniciativa de crear SudWEN fue inicialmente lanzada en septiembre de 2014 y empezó a operar de manera efectiva a partir de la fecha, lo que permitirá prevenir, investigar y enjuiciar con mayor eficacia el tráfico de vida silvestre en Sudamérica.
Esta región, por su amplia biodiversidad, viene siendo explotada por grupos criminales organizados, que ponen en riesgo a las especies y deterioran los frágiles ecosistemas que albergan los miembros de la Red.