En un nuevo episodio de investigaciones por presunta corrupción en el Congreso, la congresista de Perú Libre, María Agüero, enfrenta graves acusaciones sobre el uso indebido de su cargo. Sus exasesores, Alexis de la Cruz y Edson Flores, están bajo la lupa, ya que la Fiscalía, a cargo de la fiscal provincial Naomi Bustillos del Equipo de Fiscales contra la Corrupción en el Poder (Eficcop), ha solicitado para ambos 18 meses de prisión preventiva. Se les acusa de haber gestionado la recolección de dinero presuntamente destinado a la parlamentaria.
En un informe del programa Punto Final, una trabajadora denunció un esquema de “mochasueldos” en el cual Agüero, argumentando gastos del partido, exigía a sus empleados que le entregaran parte de su salario. Entre transferencias bancarias y depósitos en efectivo, los asesores habrían recibido más de 72 mil soles, según la Fiscalía, quien acusa a la congresista de obligar a sus empleados a entregar porcentajes de sus sueldos mensuales entre junio de 2022 y mayo de 2023.
La medida del Eficcop llega tras un operativo de allanamiento a propiedades ligadas a Agüero, llevado a cabo el 5 de noviembre por el Ministerio Público. Este operativo incluyó su despacho en el Congreso y dos inmuebles en Arequipa, uno de ellos siendo la oficina de enlace congresal. En el allanamiento, personal del Ministerio Público recabó pruebas sobre los presuntos delitos de concusión, enriquecimiento ilícito y lavado de activos.
Según la resolución judicial, 12 empleados denunciaron haber sido obligados a entregar el 10% de sus salarios. Aunque los casos documentados cubren el período de 2022-2023, no se descarta que esta práctica se haya iniciado en 2021. El fiscal adjunto Germáná Matta, quien lideró el operativo, afirmó que Agüero estaba al tanto de la diligencia a pesar de encontrarse fuera del país.
En respuesta, María Agüero se ha defendido calificando las acusaciones como persecución política y ha contado con el respaldo de su bancada. El vocero de Perú Libre, Flavio Cruz, argumentó que la congresista, por su sólida posición económica, no necesitaría solicitar dinero a sus trabajadores.