El discurso económico fue un listado de buenas intenciones pero sin explicar cómo se financiarán, señalan al portal Infobae Perú los economistas Carlos Casas y Luis Arias Minaya. Sostienen que el discurso no impacta al ciudadano de a pie y que al inversionista “le saca un guiño”.
La presidenta de la República Dina Boluarte ofreció hoy viernes 28 de julio su primer mensaje a la Nación, cuyo tiempo de duración no pasó desapercibido: tres horas de discurso que lo convierte en el más largo de los últimos 20 años.
“Tedioso, largo e innecesariamente detallista”, así califica el economista y exjefe de Sunat, Luis Arias Minaya al mensaje de Boluarte Zegarra. Sin embargo, el tiempo pasa a un segundo plano cuando toma protagonismo un discurso plagado de anuncios de buena voluntad, sin mayor explicación de la forma y fondo del financiamiento público, apuntan expertos a Infobae Perú.
En palabras del economista Carlos Casas, profesor principal de la Universidad del Pacífico, los anuncios fueron reiterativos, pero no queda claro de cómo se va a financiar en el cuarto trimestre. “No es un año bueno para la estabilidad fiscal y está cayendo la recaudación”, indicó.
Por otro lado, señala que el anunciado primer Fideicomiso de Titulización público-privado para el Impulso a la infraestructura requiere de una mayor explicación, sino queda solo en un listado de buenas intenciones.
La inversión privada en el Perú registró una fuerte contracción en el primer trimestre del año al caer 12%.
Consideró que el mensaje debió apuntar a un mayor fomento de la inversión pública más concentrada y mayor profundización en la reforma del Estado y descentralización.
Casas sostiene que si el pedido de perdón de la mandataria, hacia los deudos de los fallecidos en las protestas, logra aquietar la conflictividad política, “ese sería el mayor logro” del discurso.
Respecto al incremento del sueldo mínimo que la presidenta refirió, señaló que puede sonar un poco populista, pero la capacidad adquisitiva de la gente ha disminuido, y habría espacio para elevar algo.
Petroquímica de fertilizantes: “obra faraónica que deja dudas”
Sobre la anunciada planta petroquímica de fertilizantes, el también investigador de la Universidad del Pacífico señala que la idea es canalizar el Gas de Camisea; no obstante, su ejecución toma años. “Si fuéramos un estado organizado, se iniciaría ahora mismo. Es como ha ocurrido con la Refinería de Talara, pero en este caso se quiere atraer inversión”, subraya.
A su turno, Luis Arias Minaya señala que la anunciada petroquímica le recuerda a la Refinería de Talara o la Interoceánica. “Son esas obras faraónicas que se anuncian y que luego no se sabe quién las hace, se desconoce los estudios de viabilidad y su financiamiento”, refiere.
Por último, ambos sostienen que el mensaje a la Nación no le impacta al ciudadano de a pie, sobre todo de los estratos sociales B y C, aunque sí le llega a sacar un guiño al inversionista.
Discurso no impacta en la población
“El peruano está viendo que sus ingresos reales caen, que la inflación aún está en dos dígitos. En lo social hay conflictos entre las fuerzas políticas y un Congreso desacreditado. Entonces no hay nada que signifique un alivio concreto a sus problemas”, apunta Minaya y critica que Boluarte reconozca la crisis económica sin aceptar responsabilidades, porque fue vicepresidenta y ministra durante el gobierno de Pedro Castillo.
“A ella le ha resultado bastante difícil separar la crisis del gobierno anterior. En varias oportunidades del mensaje decía que los problemas vienen del gobierno anterior. Es cierto, la responsabilidad se inicia antes, pero la presidenta tiene un 80% desaprobación”, indicó.
“En lo técnico, la presidenta plantea reformas y conjunto de acciones que tienen costo enorme. El término más empleado ha sido millones y no nos ha dicho la presidenta cómo se va a hacer”, anotó.
Refiere que el relanzamiento del Plan Nacional de infraestructura Sostenible para la competitividad y las reformas importantes que el Perú requieren una explicación de dónde saldrá el financiamiento, “sobre todo en un contexto de recesión y déficit fiscal”.