La jueza anticorrupción Paola Valdivia Sánchez sorprendió al retractarse de sus declaraciones previas sobre la presunta remodelación de su departamento por parte del conductor de televisión Andrés Hurtado, quien se encuentra detenido por su presunta implicación en un caso de tráfico de influencias, sobornos y lavado de activos.
Inicialmente, la jueza había negado cualquier vínculo con Hurtado, pero en una reciente entrevista con el programa Día D, admitió que sí recibió la remodelación, aunque insistió en que no ha participado en actos ilícitos. Valdivia relató que conoció a Hurtado durante un show en noviembre de 2022, donde el presentador le hizo un comentario amistoso sobre su vestimenta. Aseguró que, aunque hubo algunos intercambios posteriores, no ha tenido ninguna relación profesional con él, mucho menos en el ámbito judicial.
Por su parte, un testigo reveló al programa Beto A Saber que la remodelación fue una «sorpresa» y que sucedió mientras Valdivia veía el caso del humorista Alfredo Benavides, implicado también en lavado de activos. Según el testigo, Hurtado habría documentado la remodelación del departamento a través de fotografías.
En un giro emocional, Valdivia se disculpó públicamente por el lenguaje que utilizó en una grabación difundida por Beto Ortiz, en la que expresó su frustración sobre la situación y lanzó fuertes advertencias contra Hurtado. Entre lágrimas, pidió perdón por sus palabras y reiteró que no tiene nada que ocultar.
Ante estos hechos, la Corte Superior de Justicia de Lima ha decidido apartarla de su cargo en la Segunda Sala Penal de Apelaciones, regresándola al Tercer Juzgado Penal Unipersonal de Corrupción de Funcionarios y Crimen Organizado. Además, la Corte Suprema ha ordenado una investigación para esclarecer posibles irregularidades en su actuación, con un plazo de 15 días para emitir un informe final.