Política

Gobierno planifica la edificación de una prisión similar al Centro de Cumplimiento de Penas de Bukele en Perú

La presidenta Dina Boluarte ha ordenado seguir la estrategia del líder salvadoreño Nayib Bukele en la lucha contra el crimen organizado mediante la construcción de una prisión masiva similar al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en Perú. A pesar de las críticas de organizaciones de derechos humanos, el gobierno de Boluarte busca implementar el plan de El Salvador en el país.

Según un informe reciente de Hildebrandt en sus trece, una delegación especial de El Salvador llegará a Lima para asesorar al gobierno peruano en la construcción e implementación de la prisión, replicando el modelo presentado por Bukele en febrero de 2023. Al igual que en El Salvador, se espera que la nueva instalación albergue a los criminales más peligrosos de Perú.

El politólogo Rodrigo Barrenechea señaló que este modelo está siendo considerado en otros países por diversas razones, como la oferta programática de Bukele para la derecha en América Latina, la necesidad de enfrentar la creciente criminalidad organizada, o la búsqueda de aprobación y legitimidad, como en el caso peruano.

La megacárcel salvadoreña, ubicada en Tecoluca, a más de 75 kilómetros de San Salvador, se describe como un complejo de concreto, hierro, asfalto y acero, custodiado por guardias penitenciarios y soldados en torres de más de 15 metros de altura. A pesar de las críticas internacionales, el ministro de Justicia peruano, Eduardo Arana, viajó a El Salvador para conocer de cerca el sistema penitenciario y las estrategias implementadas por Bukele.

Aunque el gobierno peruano elogió la eficiencia y modernidad del sistema carcelario de El Salvador, críticos como el exministro del Interior José Luis Pérez Guadalupe cuestionaron la decisión de buscar inspiración en un régimen que consideran dictatorial. Mientras tanto, Amnistía Internacional expresó su preocupación por la señal de encarcelamiento masivo que representa la construcción de estas prisiones, argumentando que no aborda las causas subyacentes de la violencia.