Los recientes cambios en el gabinete de la presidenta peruana Dina Boluarte han generado un clima de incertidumbre en la política exterior de Perú, especialmente en relación con Venezuela, donde se ha confirmado la continuidad del régimen chavista mediante unas elecciones ampliamente consideradas fraudulentas.
La presidenta ha insistido en que los cambios ministeriales no representan un cambio de rumbo en las políticas gubernamentales, asegurando que la postura oficial de Perú respecto a las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela sigue siendo la misma. Las dudas han surgido tras las declaraciones contradictorias del exministro de Relaciones Exteriores Javier González-Olaechea y su sucesor, Elmer Schialer.
González-Olaechea había adoptado una postura clara y crítica, calificando las elecciones en Venezuela como fraudulentas y reconociendo a Edmundo González como «presidente electo». En cambio, Schialer optó por suavizar el tono, sugiriendo que los problemas en Venezuela deben ser resueltos por sus ciudadanos. No obstante, días después, intentó ajustar su postura, la cual fue calificada desde el Congreso como «tibia» o «débil», con algunos incluso sugiriendo su renuncia.
El exvicecanciller Hugo de Zela comentó en 24 Horas que la primera declaración de Schialer fue «incompleta» y que ha ido corrigiéndola con sus siguientes intervenciones. Miguel Ángel Rodríguez Mackay, exministro de Relaciones Exteriores, añadió que las declaraciones del nuevo canciller fueron preliminares y no concluyentes.
¿Contradicciones o un cambio real de postura?
Rodríguez Mackay destacó que las declaraciones de González-Olaechea difieren de las del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, quien no ha reconocido a Edmundo González como «presidente electo». Esto deja una sensación de confusión sobre la verdadera postura del gobierno.
Todo esto ha generado confusión e inquietud. Rodríguez Mackay planteó dos posibilidades: que el ex canciller actuara de manera personal, lo cual sería un error grave, o que el gobierno esté reafirmando su posición sobre Venezuela.
Rodríguez Mackay resaltó que, aunque las recientes declaraciones de Dina Boluarte han brindado cierto alivio respecto a la postura de Perú sobre Venezuela, es fundamental una declaración oficial clara que reconozca que las elecciones en Venezuela fueron fraudulentas. Esto reforzaría la posición de Perú en la comunidad internacional y protegería su reputación y sus intereses.
“Es vital que Perú formule una postura uniforme y clara de política exterior que deje en claro que no avala el fraude electoral en Venezuela. Aunque las recientes declaraciones de la presidenta brindan tranquilidad, es necesario un pronunciamiento expreso que confirme esta postura”, concluyó.