El Congreso de la República ha iniciado un nuevo proceso de licitación para contratar el servicio de alimentación destinado a los parlamentarios. Este contrato, que cubrirá un período de 16 meses, tendrá un costo de S/1.6 millones y ha desatado críticas sobre el uso de fondos públicos para financiar la comida de los legisladores.
El servicio incluirá desayuno, almuerzo y cena durante las sesiones del Pleno, además de refrigerios como frutas, sándwiches y bocaditos dulces. También se ha incrementado la cantidad de algunos productos en comparación con licitaciones anteriores. Por ejemplo, el gramaje de la carne de res para bistec pasó de 120 a 130 gramos, el de las chuletas de cerdo de 180 a 200 gramos y el de los filetes de pollo y pescado de 120 a 130 gramos.
Este tipo de gastos ha generado controversia en años anteriores. En 2023 se reveló que, entre 2020 y 2022, el Parlamento gastó más de S/3 millones en alimentación, además de otros montos destinados a la compra de equipos y mobiliario.
Al respecto, algunas voces dentro del Legislativo han cuestionado el nuevo contrato. El congresista Jorge Montoya señaló que la decisión corresponde a la Mesa Directiva y expresó su desacuerdo con el monto asignado. En contraste, Wilson Soto (Acción Popular) defendió la medida, argumentando que este beneficio no es una novedad dentro del Parlamento.
El debate sobre el uso de recursos públicos para cubrir estos gastos continúa, mientras la ciudadanía observa con atención el destino de los fondos estatales.