Política

Acusaciones contra el nuevo ministro de Vivienda: obras inconclusas, pérdidas millonarias y pagos ilegales de Odebrecht

El martes 3 de septiembre, en el Palacio de Gobierno, Durich Whittembury Talledo asumió como nuevo ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Reemplazó a Hania Pérez de Cuéllar, quien dejó el cargo después de más de un año y medio con un video de despedida que parecía mostrar un gran alivio. Whittembury, un ingeniero químico con experiencia en el sector público, no es ajeno a las polémicas. Muchos de los proyectos en los que ha trabajado, especialmente como director de programas del Ministerio de Vivienda, están manchados por acusaciones de corrupción, sobornos y obras inconclusas que han dejado un daño millonario al Estado peruano.

Mientras tanto, surgen rumores sobre los motivos de la salida de Hania Pérez de Cuéllar. Un reportaje de Cuarto Poder asegura que Dina Boluarte, antes de reemplazarla, ordenó vigilarla. «Se fue muy molesta», afirman fuentes cercanas.

Whittembury tiene un pasado lleno de controversias. Entre sus antecedentes más conocidos se encuentran tres grandes proyectos de agua y alcantarillado en Cajamarca y Loreto. Estas obras, además de acumular años de retraso, presentan un panorama desolador de abandono. Los contratos, que se firmaron bajo su supervisión, involucran a un empresario condenado por corrupción. Además, hay quienes lo relacionan con figuras investigadas en el caso Lava Jato, que destapó la red de corrupción de la empresa Odebrecht.

Uno de los episodios más oscuros en la carrera de Whittembury sucedió en 2005, cuando dirigía un programa de saneamiento en Chimbote bajo el Ministerio de Vivienda. Jorge Barata, el representante de Odebrecht en Perú en ese entonces, confesó ante la Fiscalía que había entregado enormes sumas de dinero a cambio de la adjudicación de una obra. Según Barata, Whittembury estuvo directamente involucrado en la firma del contrato que otorgó la licitación a Odebrecht. Esta información se encuentra detallada en los archivos del equipo Lava Jato.

Y por si fuera poco, surge la mención de un personaje llamado «Pescador», que, según las investigaciones, sería Werner Guevara Vargas, un cercano colaborador del ahora ministro. Guevara y Whittembury han coincidido en varias adjudicaciones de obras en Chimbote y también en otras regiones como Cajamarca y Loreto. Las acusaciones sobre tráfico de influencias y otorgamiento irregular de contratos que los rodean aún no han sido aclaradas.

El panorama empeora con el informe de la Comisión Investigadora del Congreso, que detalla las responsabilidades de varios funcionarios del Gobierno Regional de Cajamarca en un perjuicio millonario al Estado. Whittembury figura entre los señalados, ya que ocupaba el cargo de director ejecutivo de Proregión, un programa que buscaba impulsar proyectos de infraestructura en la región.