La cuestión del turismo cultural en Amazonas
El turismo cultural en la región de Amazonas, especialmente en el Alto Utcubamba que abarca las provincias de Chachapoyas y Luya, enfrenta una situación preocupante. Este análisis aborda dos lugares emblemáticos: la llacta de Kuélap y el Museo de Leymebamba, que han sufrido un deterioro notable en la última década por diversos factores.
En primer lugar, los desastres naturales como terremotos, huaycos y sequías han afectado la infraestructura y accesibilidad. En segundo término, el acceso a la región sigue siendo complicado: las carreteras están en mal estado y los vuelos hacia esta zona son los más costosos del mercado nacional. Además, la pandemia entre 2020 y 2021 interrumpió la tendencia creciente de visitantes, lo que ha dificultado la recuperación de familias y empresarios que invirtieron en infraestructura turística, como restaurantes, hoteles y tiendas de artesanías. Finalmente, los incendios forestales provocados por la práctica de roza y quema agravan el panorama en un territorio rico en diversidad cultural y natural.
Según cifras oficiales, Kuélap ha sido el sitio con mayor afluencia de visitantes en la región Amazonas, pero aún no logra recuperar los niveles de 2019, cuando recibió a más de cien mil personas. Este declive explica, en parte, la recesión económica local. Por ejemplo, la instalación del teleférico “Cabinas Kuélap” en Nuevo Tingo entre 2014 y 2019, con una inversión estatal de S/ 77,1 millones, perjudicó a las comunidades que dependían del camino antiguo y las zonas aledañas al río Tingo, generando desigualdades económicas y sociales. El camino viejo, que actualmente es una trocha carrozable, debería convertirse en una carretera asfaltada que conecte eficientemente con distritos como Longuita, donde existen reservas naturales privadas, sitios arqueológicos y comunidades con tradiciones ancestrales.
En 2024 se han ejecutado obras públicas significativas en Kuélap, como el retiro de más de treinta toneladas de techos y soportes pesados colocados en intervenciones anteriores. Estas acciones buscan remediar parcialmente el riesgo de desaparición del complejo arqueológico y cuentan con un reglamento explícito que orienta dichas intervenciones.
El Museo de Leymebamba
Fundado en 2001 por Sonia Guillén y sus colaboradores, el Museo de Leymebamba es una institución moderna en su exposición, comunal en su manejo y financiada por cooperación internacional. Este espacio, diseñado para custodiar, exhibir y estudiar hallazgos arqueológicos provenientes de la Laguna de los Cóndores, ha experimentado una desaceleración en sus visitas. Uno de los factores principales es el alto costo para acceder al museo, agravado por el monopolio de recorridos hacia la Laguna de los Cóndores, cuyo precio puede alcanzar S/ 600 por persona. A pesar de esto, la región tiene un enorme potencial para diversificar su oferta turística, incluyendo la exploración de cuevas, cascadas, arte rupestre y otros recursos culturales que podrían convertir a Leymebamba en un destino de experiencias más amplias. Tras dos décadas, el museo se encuentra en proceso de transición hacia una administración comunitaria.
Un futuro diferente
A pesar de los desafíos, es posible imaginar un futuro distinto para esta región rica en historia y biodiversidad. Algunas iniciativas previstas para 2025 destacan por su potencial:
• El Programa de Investigación Arqueológica Kuélap (PRIAK) del Ministerio de Cultura invertirá S/ 6 millones en conservación e investigación.
• Organismos como el World Monuments Fund y la UNESCO mantienen una coordinación activa en las intervenciones arqueológicas.
• Proamazonas, unidad ejecutora del Gobierno Regional de Amazonas, trabaja en proyectos que incluyen sitios como Imperio, Silic y caminos prehispánicos del Qhapaq Ñan.
• La Agencia de Cooperación Internacional Japonesa (JICA) desarrolla el proyecto de Desarrollo Sostenible del Paisaje Cultural del Valle Alto del Utcubamba.
• La Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza lleva a cabo proyectos de responsabilidad social y promoción turística en distritos como Camporredondo y La Jalca.
Para materializar estas oportunidades, es imprescindible mejorar el acceso a la región, tanto terrestre (mediante carreteras asfaltadas) como aéreo (con vuelos comerciales más accesibles). También sería fundamental considerar la planificación de nuevos aeropuertos, ya que el de Jaén está clausurado y el de Tarapoto se encuentra a más de seis horas de distancia. Además, es importante destacar que provincias como Chachapoyas y Luya son consideradas las más seguras del Perú, lo que constituye un atractivo adicional.
Con una estrategia integral que combine los esfuerzos de instituciones, autoridades y ciudadanos, se pueden crear mejores oportunidades para las generaciones venideras en la región Amazonas y en el nororiente peruano.