Opinión

Sobre la macroeconomía reciente

La economía peruana se encuentra experimentando un proceso de desaceleración económica  desde 2014 dado que ha venido registrando  crecimientos de la producción inferiores a su potencial. El año 2019 no fue la excepción.  Con cifras oficiales,  el crecimiento obtenido fue  un escaso 2.1% bien por debajo del 4% que estimo es el crecimiento potencial de la economía peruana. La pregunta que emerge es por qué no podemos llegar en el corto plazo a un crecimiento sostenido de por lo menos 4%?. En las líneas que siguen intentaré dar una explicación.

Considero que  la economía peruana  presenta las siguientes dos características: a) en uno o más de sus mercados existen imperfecciones importantes de diversa naturaleza como escasa competencia, información imperfecta,etc.; y b)  divergencia con la hipótesis del ingreso permanente en el comportamiento del consumidor. Ambas condiciones determinan que, para el corto plazo, el comportamiento de la producción esté determinado, básicamente, por el comportamiento de la demanda agregada, en especial del gasto interno, y que políticas expansivas (contractivas) tengan efectos relativamente  importantes sobre el gasto  y la producción, sobre todo la fiscal. En adición, por ser la economía peruana una pequeña economía relativamente abierta  en la que  sectores primarios tienen un peso importante, como  minería metálica, la probable presencia de choques de oferta transitorios internos y externos también condicionan su desenvolvimiento en el corto plazo (caso coronavirus por ejemplo).

Con este marco conceptual analizaré la coyuntura económica nacional. La razón principal por la que se está creciendo debajo del potencial es un déficit de gasto, especialmente interno. Según el banco central, el gasto interno creció escasamente 2.3% en 2019 con un registro de 2.0%para el último trimestre, bien por debajo del 4.4% estimado como promedio anual para la última década. En este comportamiento destacaron los siguientes factores : a) una apreciable reducción en el crecimiento de la inversión pública que registró un -2.1% frente al 6.8% del año anterior producto básicamente de la escasa capacidad de gestión registrada en los tres niveles del sector público; b) una desaceleración del consumo privado que pasó de crecer 3.8%en 2018 a  3.0% en 2019 como consecuencia de un insuficiente crecimiento del empleo formal urbano, de los ingresos reales provenientes del trabajo y de un deterioro de expectativas. En el frente externo, las exportaciones totales registraron una fuerte contracción en su crecimiento pasando de 2.4% en 2018 a sólo 0.8% en 2019. Considero además, que se dieron algunos choques de oferta internos negativos ( pesca y minería metálica por bajas leyes y conflictos sociales) y externos provenientes, en lo principal, del enfriamiento de la economía mundial y sus causas subyacentes.

En términos de política económica se experimentó  una política fiscal contractiva  determinada por  el importante superávit primario registrado por el sector público no financiero en los primeros 9 meses del año( alrededor de  2%PBI) y una política monetaria expansiva determinada por la posición de la tasa de referencia del banco central (2.25%)  por debajo de la estimación de la tasa neutral (3.70%). Recordemos que la política fiscal y monetaria actúan con retraso sobre las variable reales y nominales.

Esta situación no puede seguir así para el 2020. Para crecer  alrededor de un  4%  debe solucionarse el déficit de gasto interno. La política fiscal debe convertirse en expansiva, responsabilidad principal de la inversión pública que debe crecer lo más cercano al 10%;, y la monetaria debe continuar siendo acomodaticia contemplando quizá alguna variación frente a los riesgos impuestos por el coronavirus, ya que la inflación creo está dentro del rango monetario, las expectativas inflacionarias lucen ancladas y la inflación es poco sensible a la demanda agregada. Junto a esto, el gobierno debe implementar una política que mejore apreciablemente las expectativas de los agentes económicos, promoviendo el término de la inestabilidad política -institucional que estamos viviendo para afectar positivamente a la inversión privada que este año no luce tan dinámica como  el año pasado debido al menor crecimiento de la inversión minera que se espera. Lamentablemente, la economía mundial que lucía favorable para este año parece que no lo será dado los efectos del coronavirus. Lo que acentúa la necesidad de hacer  políticas contra cíclicas como las mencionadas.