Opinión

Protestas justas y violencia politica

Los pueblos reclaman con justicia por: Agua, Salud, Colegios, Titulación de tierras, Carreteras, Luz, No a la contaminación, etc., reclamos siempre legítimos, sin embargo, nada de esto hemos visto en la última asonada de violencia en diciembre 2022. Lo que hemos visto son consignas estrictamente POLITICAS: (1) «Renuncia Dina» (2) «Cierren el Congreso» (3) «Referéndum» (4) «Asamblea Constituyente» (5) «Liberen a Castillo». Su idéntica replica en diferentes regiones es evidente, no merece mayor análisis y esto al compás de azuzadores profesionales que emplean las redes y desde el congreso, para anteponer sus intereses ideológicos y partidarios a los justos reclamos de la población.

Es evidente el origen de los azuzadores profesionales que -pese a estar a buen recaudo en las protestas- el Perú entero los observó, es aún más evidente el fin último de estos, no les interesa para nada los reclamos de la gente, los utilizan perversamente, con un nutrido grupo de corifeos que siguen rumiando la saliva de Pedro Castillo: cholos y blancos, ricos y pobres, limeños y provincianos, como si Lima no fuera el bastión mestizo del Perú.

La verdad si no es entera se convierte en aliada de lo falso. En esta deconstrucción de la historia la clave del éxito es MENTIR, desde la narrativa que considera inocente al golpista ex­presidente, aquel ex-presidente a quien sus insignes defensores -uno tras otro- abandonaron a su suerte hasta calzar legalmente en un defensor de oficio, hasta aquel que amenazó al Perú diciendo: «Esperen en los próximos tres días, para que vean lo que va a pasar», con esas arengas perversas azuzando a un pueblo que esperaba más de ellos. Ahora ya los conocen.

Traer gente con antecedentes desde el VRAE en camionetas 4×4 último modelo es una afrenta al sentido común, incendiar fiscalías donde la mayoría de carpetas son por Narcotráfico no dejan mucho espacio a la imaginación. Peor aún de esos twitteros que son «Invisibles en el combate, pero, invencibles en el teclado», esos mismos que exponen la vida de nuestra gente.

Solo vemos despistados fungiendo de heraldos, queriendo cambiar todo ya mismo, gritando que «todo tiene que cambiar» para que finalmente todo quede igual. Los giros de 360 grados son infalibles para el fracaso. ¿A quién conviene hacer todo rápido y mal en el Congreso? ¿A quién?

Incluso desde afuera, presidentes de pasados oscuros y almas similares se atreven a endiosar a un golpista, pero claro que lo harán porque su peor pesadilla es que el acontecimiento peruano se replique en sus gestiones. ¿O no?

* General del Ejército (R) y ex jefe del CCFFAA