La frase atribuida al dictador mexicano Benito Juárez que dice:”Para mis amigos todo y para mis enemigos la ley”, resumiría lo ocurrido con el sistema de justicia la semana pasada. Aquí algunos ejemplos:
La Primera Sala Constitucional de la Corte de Lima, con una celeridad nunca antes vista, concedió la medida cautelar solicitada por Rafael Vela Barba tras ser suspendido por la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público que dirige Fernández Jerí. El fiscal Vela Barba había sido suspendido por la ANC por cometer faltas graves en el ejercicio de su función como coordinador del equipo especial Lava Jato y de las Fiscalías de Lavado de Activos. Mediante esta medida cautelar, el Poder Judicial repuso en su puesto de manera provisional a Vela Barba.
Unos días después, la misma Sala Constitucional de la Corte de Lima, con esa celeridad que ahora la caracteriza, declaró fundada la medida cautelar solicitada por los destituidos Aldo Vásquez e Inés Tello y ordenó la inmediata incorporación de ambos a la Junta Nacional de Justicia. Esta segunda medida cautelar, dictada por la Sala Constitucional, es más cuestionada todavía, por cuanto va en contra de una sentencia del Tribunal Constitucional, máxima autoridad del sistema judicial del país, en la que se indica que el PJ no puede interferir en las atribuciones que son exclusivas y excluyentes del Congreso, como la remoción de los miembros de la JNJ por falta grave.
La aplicación de la justicia selectiva también se puede encontrar en otros organismos del estado como la Junta Nacional de Justicia. Recordemos el caso del presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Jorge Luis Salas Arenas, acusado por Walter Ríos, ex presidente de la Corte Superior del Callao, de haberlo llamado para solicitar la contratación de su ex asesor Pavel Cárdenas Peña en la corte superior. A pesar de las evidencias del caso, la JNJ decidió archivar la investigación en contra de Salas Arenas.
Sin embargo, ante una denuncia en los medios de comunicación, en la que se utilizaron fotocopias de supuestas conversaciones de Villanueva, ex asesor de la entonces Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, la JNJ, en un proceso sumario decide suspenderla del puesto, sin siquiera haber realizado las investigaciones del caso.
Todos los ejemplos anteriores, palidecen en cuanto a la aplicación del doble estándar en la justicia, si los comparamos con lo que ocurre en la fiscalía que lleva Lava Jato. Hemos denunciado en esta columna, el escandaloso caso de la ex alcaldesa Susana Villarán, quien aceptando haber recibido millones de dólares en coimas de manos de OAS y Odebrecht sigue en libertad y ni siquiera tiene impedimento de salida del país.
Lo descrito anteriormente tiene una explicación y es el poder que tienen los caviares en la administración de justicia. Durante años se han dedicado a infiltrar el poder judicial, el Ministerio Público, la JNJ, el ministerio de justicia y una serie de organismos autónomos que tienen que ver con la justicia en nuestro país. Si creen que exagero, lo ocurrido la semana pasada debería despejar cualquier duda.
Pero los caviares no actúan solos. Tienen el apoyo de pseudos periodistas y medios de comunicación amigos que defienden sus intereses, bajo la premisa que todos ellos comparten la misma ideología. Para ellos, el estado es un botín del cual se tienen que apropiar para vivir cual parásitos cobrando por sus famosas e inútiles consultorías.
Para que tengan una idea de la magnitud del robo, consideremos que de acuerdo a la Contraloría General de la República, el estado peruano gastó entre 6,000 y 7,000 millones de soles en consultorías el año 2023. Imaginemos cuántos colegios, postas médicas, caminos rurales y proyectos de saneamiento, se hubieran podido ejecutar con esta descomunal cantidad de dinero.
Nuestro país nunca podrá salir adelante sin un sistema de justicia que realmente funcione.
Recuerdo las palabras de mi padre, quien me decía que en nuestro país sobraban las leyes y que eran suficientes los Diez Mandamientos para impartir justicia. Cuánta razón tenía.
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* Publicado originalmente en Café Viena