El gobierno publicó el plan de reactivación económica en el día 50 de la cuarentena y aislamiento social obligatorio. Demás esta decir que este plan se debió haber preparado desde el primer día de la cuarentena. ¿O acaso el gobierno no pensó que la economía necesitaría ser reactivada después de ocho semanas de para total? Esto nos demuestra una vez más la falta de preparación pero sobre todo de capacidad de nuestros gobernantes, empezando por el presidente, los ministros y la larga lista de pseudo asesores. Hace unos días escribí un artículo en el que pedía a la comisión de alto nivel formada por el gobierno que en lugar de tratar de inventar nuevamente la pólvora, que utilice la experiencia de países con gobernantes más preparados que el nuestro para elaborar este plan de reactivación económico. Creo que fue mucho pedir.
Nuestros brillantes funcionarios públicos, encabezados por el Presidente y sus iluminados ministros pretenden ser más papistas que el Papa. Cómo se puede entender que quieran exigir que cada empresa del país, hay más de 2.6 millones de empresas según el INEI, obtenga un Certificado Cov 19 para empezar sus actividades económicas. Ni el General Velasco Alvarado en sus sueños estatistas más descabellados pretendió controlar la economía peruana como lo quieren hacer nuestros rojos gobernantes.
Nadie en su sano juicio duda de la necesidad de establecer protocolos de bioseguridad básicos para ser seguidos por las empresas y por toda la población en general para poder vivir y trabajar en esta nueva etapa que nos toca enfrentar. Todos estamos de acuerdo en el uso de las mascarillas, el tomar la temperatura a todos los trabajadores cuando llegan y salen de su centro de labores, de implementar medidas de distanciamiento físico en los trabajos. Pero de allí a pretender que cada empresa obtenga dicho certificado y en un tiempo razonable para que no terminen de quebrar más empresas y perder millones de puestos de trabajo es un absurdo.
Le pregunto a todos los genios que nos dirigen, empezando por los Ministros de Estado, si se han tomado la molestia de consultar o siquiera leer las experiencias de países más avanzados que el nuestro como Alemania, cómo están haciendo ellos para reactivar sus economías y mantener segura a la gente de manera paralela. Cuando leo el protocolo de bioseguridad que se quiere exigir a los restaurantes, me pregunto si en la NASA tienen protocolos tan exigentes como los que quieren implementar en nuestro país. Cuando reciba la comida de mi Chifa favorito quiero estar seguro que el cocinero haya usado guantes, mascarilla, tenga el cabello cubierto, pero de allí a pedir que se cambie todo el uniforme dos veces al día, que se cambien los guantes cada dos horas, me parece ridículo. Más aun cuando todos sabemos que a mayor cantidad de regulaciones, más difícil se hace la fiscalización y por ende mayor la corrupción.
Mejor sería unas pocas exigencias bien estrictas, bien reguladas y bien fiscalizadas. El problema que tienen nuestros gobernantes es que su carga ideológica no los deja pensar de una manera objetiva y lógica. Dentro de las actividades autorizadas en la fase 1, se encuentra la producción, distribución y venta de flores. Quien niega acaso lo importante que es regalar una flor a nuestras madres, esposas o novias, pero creo que sería más importante que autoricen el funcionamiento del sector automotor para tener nuestros vehículos con el mantenimiento correcto, con los repuestos adecuados y no perder los frenos en mitad del recorrido cuando vamos a llevar esas flores a casa.
Vivimos en el país de las maravillas, en el cual los rojos creen que es más importante regalar flores que cuidar nuestras vidas. Y por último los criterios para autorizar a las empresas a trabajar nuevamente debería de estar enfocado en los aspectos de distanciamiento social, riesgo de infecciones, aforo de personas etc en lugar de ramos de actividad. Es imposible para los rojos dejar su carga ideológica de lado y trabajar de acuerdo a las mejores prácticas internacionales.