En este artículo les voy a pedir, estimados lectores, que analicemos la siguiente situación: el presidente ha anunciado el arresto y la repatriación de extranjeros ilegales. Estas personas han ingresado al país a través de pasos fronterizos ilegales, han llegado a las ciudades para cometer una larga lista de crímenes contra la sociedad como robos, extorsiones, violaciones, asesinatos, entre muchos otros y han sido arrestados por las autoridades locales.
Sin embargo, el país de origen de dichos ilegales se niega a dar el permiso de aterrizaje a los aviones militares que los iban a repatriar y el plan tiene que ser abortado.
Estoy seguro que la mayoría de ustedes piensan que me refiero al incidente diplomático que se acaba de suscitar entre el presidente Trump y el presidente Petro de Colombia. La realidad es que estaba reseñando al fallido plan que quiso implementar Pedro Castillo para retornar a los criminales venezolanos que habían sido detenidos en Perú y que el gobierno de Maduro no quiso aceptar en diciembre del año 2021.
En aquella oportunidad nadie cuestionó el derecho de nuestro país de expulsar a ilegales venezolanos que habían delinquido, ahora que Estados Unidos ha empezado a implementar una política de deportación de ilegales, todos los medios de comunicaciones caviares del mundo han pegado el grito al cielo.
Si bien es cierto que hay que hacer una gran distinción entre inmigrantes ilegales que trabajan honestamente en los Estados Unidos y contribuyen al progreso de dicho país y por otro lado, los inmigrantes ilegales que comenten crímenes; lo cierto es que ambos, han violado las leyes norteamericanas y Estados Unidos tiene el derecho soberano de expulsar de su país a personas que han ingresado ilegalmente y cometido un crimen.
En el caso de Colombia, el presidente Petro se negó a que dos vuelos militares que repatriaban colombianos deportados por la administración Trump aterrizaran en el país. Horas después de enterarse de lo ocurrido, el presidente Trump anunció la imposición de aranceles de emergencia de 25% a las exportaciones colombianas a su país. Asimismo, la cancelación de visas para miembros del gobierno de Petro, entre otras medidas restrictivas. De su lado, Petro anunció la imposición de aranceles recíprocos de 25% para los productos norteamericanos.
¿A quién creen que esta confrontación perjudica más, a Colombia o a Estados Unidos?
Colombia exportó 14,000 mil millones de dólares a Estados Unidos en el año 2023 e importó 16,000 millones de dólares. Si bien la balanza comercial favorece a los Estados Unidos, lo cierto es que la mayoría de las exportaciones de Colombia son productos con un alto contenido de mano de obra. Por otro lado, 14,000 millones representa para Colombia el 30% de sus exportaciones, mientras que para Estados Unidos 16,000 millones representa el 0.8% de las suyas.
En los Estados Unidos viven alrededor de 12 millones de ilegales, aunque algunas organizaciones estiman que la cifra se acerca a 14 millones. La mayoría de estas personas, son gente de bien que llegó al país buscando un mejor futuro económico para ellos y sus familias. Los inmigrantes ilegales realizan trabajos que los mismos norteamericanos no quieren hacer, como en la agricultura, en la hostelería, construcción etc. Sin embargo, no podemos negar que el solo hecho de haber ingresado de manera ilegal al país ya los convierte en sujetos a la deportación.
En mi opinión, el problema de la inmigración ilegal a los Estados Unidos ha sido ignorado por todos los gobiernos latinoamericanos, ya que les ha servido como válvula de desfogue para la falta de trabajo y oportunidades en sus propios países. En lugar de preocuparse por crear más puestos de trabajo bien remunerados en cada uno de los países, se han hecho de la vista ciega cuando millones de connacionales han arriesgado sus vidas para ingresar de manera ilegal a Estados Unidos. En muchas ocasiones han promovido la inmigración ilegal, teniendo en cuenta los miles de millones de dólares que luego estos trabajadores mandan a sus familias como remesas.
En lugar de criticar las políticas norteamericanas que buscan defender sus fronteras ante una ola incontrolable de inmigrantes ilegales, los presidentes de nuestros países deberían trabajar con la administración Trump para encontrar soluciones.
Nuestras autoridades deberían plantear al gobierno norteamericano medidas para desalentar la inmigración ilegal en los países de origen. Una de estas medidas podría ser dar leyes que penalizan localmente ingresar ilegalmente a los Estados Unidos. A cambio de desalentar la inmigración ilegal, se puede negociar cuotas de visas de trabajo por plazos determinados para nuestra gente. De esta manera, los peruanos podríamos trabajar tres o cuatro años legalmente en los Estados Unidos y hacernos de un pequeño capital, el cual luego nos permitiría crear un emprendimiento local.
El presidente Trump tiene el lema de Hacer a América Grande Nuevamente, seamos sus socios para hacer al Perú grande también.
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