Opinión

Los idus de marzo (adaptación peruana)

Cuenta el historiador romano Suetonio[1], que, el 15 de marzo del año 44 A.C., -mejor conocido como los idus de marzo[2]-, el emperador Julio César se dirigió al Senado romano, tres días antes de cuando tenía planeado emprender una campaña militar hacia Partia (hoy en Irán e Iraq).

Al llegar a las escalinatas del Senado, delante de la estatua de Pompeyo, un grupo de conspiradores que se le oponían y estuvieron preparando una trama para asesinarle, le alcanzaron y le dieron muerte de por lo menos, veintitrés puñaladas.

Entre ellos, estuvieron sus rivales, seguidores de Pompeyo (a quien César derrotó en una cruenta guerra civil), pero también algunos que estuvieron de su lado y que le traicionaron llegada la hora.  De ahí que William Shakespeare en su famosa obra teatral sobre el emperador romano, pusiera en boca de Julio César, “Et tu Brute” (¿tú también Bruto?), al percibir que uno de los conspiradores era su amigo cercano Marco Junio Bruto (en latín: Marcus Iunius Brutus).

Fast-forward al Perú, marzo de 2025.

La censura del viernes 21 de marzo al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, ha sido también un acto de traición, esta vez a Dina Boluarte.   La SPR[3] aún cree que gobierna, pero el poder que tiene depende del Congreso de la República.  Lo fue así desde que asumió la primera magistratura de la Nación, pero parece que nunca lo entendió.  No de otra manera se entiende su frivolidad, desconexión con la realidad nacional, sus recientes raptos de arrogancia y sus constantes enfrentamientos a todo lo que ella considera sus detractores o enemigos -Fiscalía, prensa, encuestadoras, oposición política, y todo lo que ella ve al frente.  Boluarte reina, pero no gobierna.

La SPR ya debió entender a estas alturas, que, su permanencia en el poder es inversamente proporcional a su utilidad para los grupos que detentan el control del espacio político.  Y como en todo acto político, hay que medir las correlaciones de poder en función no solo del espacio sino del tiempo.

“Confío, mañana en el Congreso, en que imperará la prudencia y no el cálculo político.  No hay que caer en el juego de esas fuerzas oscuras que quieren ver caer no solo a un ministro que está haciendo bien su trabajo, sino también a nuestro Gobierno.  Esas fuerzas que quieren caos y el desgobierno para recuperar el poder que han perdido…”, dijo la SPR el día previo a la censura.

Más desconectada de la realidad política no puede estar.

Las dos fuerzas políticas con el mayor número de congresistas -Fuerza Popular de Keiko Fujimori y Podemos de José Luna- fueron las que le asestaron el mayor número de puñaladas a Santiváñez, y, por ende, a Boluarte.  Estas dos bancadas, que otrora blindaban al Gobierno de Boluarte sumaron 29 votos a favor de la censura.  Si a estos votos se suman los que no estuvieron presentes de estas bancadas, estos dos grupos políticos tendrían 35 votos para cualquier propuesta legislativa futura, incluyendo más censuras, como, contra el presidente del Consejo de ministros.  ¿Habrán conversado sobre un adelanto de elecciones?  ¿Por qué la Sra. Fujimori ya ha empezado sus actividades políticas de campaña, si las elecciones deben convocarse para abril de 2026?

La SPR está próxima a convertirse en un “Pato Rengo”[4], si es que alguna vez no lo fue.  Dos días próximos marcarán su mutación en una anécdota de la historia.  El 12 de abril (o antes), fecha en la que debe convocar a las elecciones de 2026, y, el 28 de julio, cuando se iniciaría su último año de gobierno, y en el que ya no podrá cerrar el Congreso, salvo que quiera que su gobierno devenga en tiranía.

Los espacios que tiene la SPR para maniobrar cada vez son más estrechos.  Ya se han conseguido las firmas para interpelar al presidente del Consejo de ministros, Gustavo Adrianzén, la cual deberá llevarse a cabo entre el tercer y el décimo día siguiente a la votación en el pleno del Congreso.

Los puntos de la interpelación incluyen -pero no se limitan a-: i) inseguridad ciudadana, ii) minería Ilegal, iii) cuestionamientos a la presidenta Dina Boluarte, y, iv) dirección, desempeño, composición del Gabinete y gobernanza del Ejecutivo.

¿Qué tal lejos apunta esta interpelación?  ¿Procederán a solicitar la censura, y de ser el caso, a juntar los 66 votos para que caiga el Gabinete de ministros?

Esto no estará sometido a si Adrianzén responde bien o mal al pliego de preguntas, sino a los cubileteos políticos de los grandes grupos en el Congreso.  De caer Adrianzén, la siguiente en la lista sería la propia Boluarte.   

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Una última viñeta de nuestra historia republicana: cuenta Ricardo Palma en sus Tradiciones Peruanas que, en 1895, el general Andrés Avelino Cáceres, quien fuera el Héroe de la Breña al mantener en jaque a las tropas chilenas que ocupaban el Perú luego de la Guerra del Pacífico, gobernaba al Perú en su segundo mandato.

Para entonces, se había desatado una guerra civil de los caceristas contra una coalición de opositores que incluían a los civilistas, representantes del Partido Demócrata y Congresistas de un congreso que había sido disuelto.

Corría marzo de ese año, cuando su eterno enemigo, Nicolás de Piérola y sus tropas enrumbaron a Lima desde el sur, donde estaban atrincheradas las fuerzas caceristas.  Los primeros choques se produjeron en Barrios Altos, en la madrugada del día 17.  Por la mañana, Piérola logró instalar su cuartel en la Plazuela del Teatro, a pocas cuadras de Palacio de Gobierno.  La lucha fue muy sangrienta en todas las calles que dan acceso a la Plaza de Armas.  Muchos vecinos pierolistas dispararon sobre las fuerzas caceristas desde sus techos y balcones, permitiendo que las tropas rebeldes tomen las calles del centro de la ciudad. En la mañana del 18 de marzo, cerca de dos mil muertos y heridos cubrían las pistas y veredas de la capital, mientras que la lucha continuaba.

Aquel día de marzo, Andrés Avelino Cáceres recibió al nuncio apostólico José Macchi, representante del cuerpo diplomático, quien lo convenció para que renuncie y marche al exilio.  El monseñor le dijo: “General, a usted hoy lo odian hasta las piedras. No vale la pena que derrame más sangre. Aunque venza, ya usted no podrá gobernar”.  (¿Aló, Dina?).

Se firmó un armisticio y se formó una Junta de Gobierno integrada por dos caceristas, dos pierolistas y presidida por don Manuel Candamo (civilista), quien convocó a elecciones (Nicolás de Piérola fue el único candidato). Cáceres enrumbó a Buenos Aires y poco después viajó a Europa.

Los idus de marzo adaptados al Perú.

* Economista y politólogo

[1] Suetonius (o Suetonio en castellano), (c. 69-140 A.D.) fue un historiador romano que escribió “La Vida de los Doce Césares”, refiriéndose en el capítulo sobre Julio César sobre sus orígenes, su ascenso al poder y finalmente su asesinato.  

[2] Según el calendario romano, los idus de marzo​ (en latín, Idus Martii o Idus Martiae) correspondían a los días 15 del mes de Martius.  «Idus» era el nombre dado al día del medio de cada mes.  Los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre, y los días 13 del resto de los meses del año.  Aunque marzo (Martius, mes consagrado al dios Marte) era el tercer mes del calendario establecido por Julio César, en el calendario romano más antiguo era el primer mes del año. Los días de fiesta observados por los romanos desde el primero de los idus reflejan su origen como celebraciones del año nuevo.

[3] Señora presidente de la República (SPR).

[4] La expresión “Pato Rengo”, es la traducción de lo que en inglés se conoce como el “Lame Duck”, expresión que se aplica al político que está a cargo de una función pública pero que su margen de maniobra o poder es sumamente limitado.  Usualmente se aplica a casos en los que un presidente pierde una reelección, o está por culminar su mandato y aún le faltan semanas para entregar el poder.


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