Opinión

La salud en efectivo

Durante el primer trimestre del 2023, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 57.4% de la población de 18 años o más en el país tiene alguna cuenta en el sistema financiero. Es crucial entender que bancarizar a las personas en un país es esencial para promover la inclusión financiera, reducir la pobreza, fomentar el desarrollo económico, promover la transparencia y formalización, y facilitar la inclusión social. Este proceso contribuye a construir una sociedad más próspera, equitativa y sostenible en general.

Este debería ser un compromiso del Estado, aunque es algo que no puede lograr solo. La banca ha sido un gran colaborador en este aspecto durante muchos años, empleando diversos medios para alcanzar a más peruanos. Romper los mitos y los miedos no ha sido tarea fácil, pero la pandemia fue un catalizador para este cambio. La banca respondió rápidamente creando planes para pagar bonos y brindar ayuda a más peruanos, así como facilitar consumos y compras con tarjetas o billeteras electrónicas, evitando el contacto físico y la propagación del virus mediante el uso de efectivo.

Hoy en día, se pueden pagar cosas cotidianas como helados, viajes en Uber y productos en el mercado con billeteras electrónicas. Entonces, ¿por qué las entidades públicas de salud insisten en que «la salud sea en efectivo»? ¿Por qué no proporcionar a los ciudadanos la facilidad de pagar con tarjetas de crédito o con Yape, Plin u otras nuevas billeteras electrónicas?

La modernidad, la tecnología y la inclusión financiera son indicativos de un país en avance. Además de la seguridad de no manejar efectivo, el pago electrónico ofrece rapidez en las colas, mejor control presupuestario para las familias, prevención de contagios, reducción de costos y mejora en la eficiencia operativa de las entidades.

Cuando los ciudadanos acuden a los establecimientos de salud, esperan una atención ágil y eficiente para volver a su vida normal. Sin embargo, con «la salud en efectivo», pierden tiempo haciendo cola, buscando cambio o verificando la autenticidad de los billetes. No estoy cuestionando las coberturas del SIS, simplemente propongo aplicar un método de gestión más ágil en un área administrativa mínima, que ya funciona en otros lugares.

Este texto pretende invitar nuevamente a sumar esfuerzos, a sentarnos de manera transparente, tanto el sector público como el privado, para delinear el camino hacia un sistema de salud más seguro y confiable para todos.

* MBA y COO Roker Peru S.A.