Opinión

La Desnutrición Crónica Infantil, ¿solo una estadística más?

Las consecuencias de la Desnutrición Crónica Infantil (DCI) generan un complejo sistema de problemas públicos que, además, se retroalimentan entre sí y en el tiempo, y dependiendo de su gravedad, estos podrían trascender hasta los mismos tomadores de decisiones públicos y privados afectando las estructuras social, económica, política e institucional.

Es sabido que la población que en algún momento calificó como desnutrida está expuesta a una mayor probabilidad de contraer enfermedades crónicas e infecciones, su capacidad cognitiva y de razonamiento es reducida, presenta un deficiente desarrollo físico y su productividad laboral puede verse seriamente afectada, así mismo, la salud reproductiva se ve alterada e incluso existe mayor riesgo en el desarrollo psicológico y emocional, entre otras muchas consecuencias[1].

En el caso peruano, la DCI en menores de cinco años, según parámetros de la Organización Mundial de la Salud, para el año 2022 estuvo en 11.7% (promedio de ámbitos urbano y rural), sin embargo, en los extremos están Huancavelica con el 29.9% y Tacna con 2.8%. Si nos vamos hacia el año 1975, este indicador en el promedio nacional estuvo en 39.7%[2] y seguramente con extremos más marcados, pero no hay datos al respecto.

No es posible pues que si un ciudadano menor de cinco años calificó como DCI, al año siguiente deje de serlo  y ya no forme parte de esta estadística y en consecuencia “problema resuelto”; por el contrario, año tras año va sumando o se va acumulando la población total con esta grave deficiencia (DCI) y dependiendo de la gravedad de este dato se estaría afectando el ambiente de competitividad en una sociedad, entendiéndolo como la concurrencia de varios actores, con sus propias estrategias y recursos escasos para el logro de un propósito.

Entonces, el escenario de competitividad podría verse seria y perniciosamente afectado o, al otro extremo, simplemente no constituirse en un problema relevante. Haciendo un paralelo, la distancia entre una sociedad con alta DCI acumulada en el largo plazo fente a otra en la que este dato es mínimo.

Al respecto, hice un ejercicio estadístico con un corte al día de hoy (al año 2024) y tomando en cuenta los diferentes grupos etarios anuales, cumpliendo este año desde 0 hasta los 62 años de edad. Considerando a la población que calificó como DCI en su respectivo año de nacimiento, se obtuvo un acumulado que al 2024 supera los 7 millones de habitantes que fueron calificados como DCI  en sus primeros cinco años de vida, lo que equivale al rededor del 23.0% de la población total del país, prácticamente  uno de cada cuatro ciudadanos.

Si hoy día uno de cada cuatro peruanos/as entre los 0 y los 62 años es parte de esta estadística, entonces es parte o afecta a la fuerza laboral (Población Económicamente Activa), o es susceptible de formar parte de ese grupo etario que será elegido como autoridad y que también elige autoridades, que diseña su emprendimiento, compite en un mercado, es tomador de decisiones cotidianas y trascendentales en la cosa pública y en lo privado… Estamos entonces ante un problema o tal vez ante la explicación del por qué nos encontramos en este entrampamiento de subdesarrollo que además se ha normalizado en la dinámica socio, política, económica e institucional del país.

Por todo lo expuesto, me atrevería a decir que el ambiente competitivo del Perú (DCI de 12.1% en el 2020) estaría muy por debajo del que se observa en otros países como Chile donde este indicador es varias veces menor (DCI de 2.6% en el 2020). Obviamente resulta muy distinta la competencia de capacidades y habilidades entre actores donde todos tienen un alto performance (DCI mínima) en comparación con un entorno competitivo donde uno de cada cuatro tiene graves problemas (DCI alta).

Me parece que esta breve reflexión ayuda a encontrar respuestas o a entender las dinámicas que a diario observamos en la evolución de la política en el país. Por ejemplo en una entrevista al prestigioso economista Oscar Ugarteche, cuando comentaba sobre la reforma universitaria y el desarrollo académico en Perú, expresó:  “por eso es que alguien como Castillo es posible, Castillo tiene una maestría, tendría que ser capaz de leer un periódico y entenderlo y lo que nos demostró en un año (…) porque creíamos que era hora que alguien del pueblo peruano fuera Jefe de Estado, lo que nos demostró era que tenía una ignorancia supina y una falta de comprensión del mundo absoluta (…)”[3][el subrayado es mío]  o también la reciente entrevista al Presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), en la que varios congresistas le hicieron preguntas absurdas, como el caso de uno de ellos cuando preguntó [respecto a sus funciones como presidente de esa entidad]: “(…) ¿Cuáles han sido las obligaciones legales o iniciativas de parte del BCR para buscar apoyar [fomentar] el empleo dentro de la población? (…) asimismo, teniendo en cuenta la fuerte inversión del gobierno subnacional prevista para el 2024 y 2025, ¿cómo plantea el BCR coordinar con los gobiernos regionales para garantizar que estos fondos se inviertan de manera eficiente y sostenible?”[4]; temas en los que el BCRP no tiene injerencia.

Si esta es la realidad y nada se hace para cambiarla en el breve plazo entonces estamos condenados a que la tendencia se revierta en el muy largo plazo (si se da este comportamiento), dentro de su propia dinámica inercial, es decir esperar varias generaciones que, bajo el análisis expuesto,  muy bien podrían gestar escenarios perniciosos,  autodestructivos o laberintos sin salida, como en el que aparentemente nos encontramos; y es que lo más grave de todo está en que los tomadores de decisiones serían el resultado de este pobre ambiente competitivo nefastamente consolidado.


[1] https://worldvisionamericalatina.org/consecuencias-de-la-desnutricion/

[2] CEPAL – PMA. El costo del hambre – Impacto social y económico de la desnutrición infantil en el Estado Plurinacional de Bolivia, el Ecuador, Paraguay y el Perú. Nov. 2009. Pág. 121.

[3] En La Mula TV. Al Filo: Entrevista a Oscar Ugarteche: China vs USA: El rol del Perú. Javier Torres conversa con Oscar Ugarteche. 30 de septiembre del 2024. 18:00 horas.

[4] Entrevista a Julio Velarde, Presidente del BCRP, en el Congreso de la República. https://www.youtube.com/watch?v=v2AKzwCRkCQ