Opinión

Fronteras seguras o persecución masiva

El debate sobre la política migratoria de Trump

La política migratoria siempre ha sido un tema que divide opiniones especialmente en un país como Estados Unidos donde la inmigración ha sido clave en su desarrollo económico y social.

Con el regreso de Donald Trump a la presidencia, sus posturas sobre la inmigración han vuelto al centro del debate.

Trump prometió en campaña reforzar las fronteras con medidas más estrictas, y si bien esto responde a una legítima preocupación por la seguridad nacional también plantea serios cuestionamientos sobre el respeto a los derechos humanos y la dignidad de los migrantes.

No se puede negar que existen serios problemas de seguridad vinculados a la inmigración ilegal; en todo flujo migratorio hay personas que buscan una oportunidad honesta de vida, pero también hay delincuentes que aprovechan las brechas en el sistema para ingresar a Estados Unidos.

La protección de las fronteras no es solo un derecho, sino un deber de cualquier gobierno que busque mantener el orden y la seguridad de su población pero esta protección no debe convertirse en un pretexto para la persecución indiscriminada ni para la criminalización de comunidades enteras.

Las nuevas políticas propuestas por Trump incluyen la deportación masiva de migrantes, la eliminación de protecciones a quienes buscan asilo y el uso de medidas extremas para evitar que más personas crucen la frontera. Entre ellas, se ha planteado un uso más agresivo de las redadas, la restricción de acceso a recursos básicos y el endurecimiento de los procesos de solicitud de residencia.

Estas acciones pueden generar un impacto negativo no solo en los inmigrantes irregulares, sino también en aquellos que han seguido las vías legales para establecerse en el país, fomentando una cultura de sospecha y discriminación hacia toda la comunidad latina.

El caso reciente de Wilson Velásquez, un inmigrante hondureño detenido por el ICE en una iglesia de Atlanta a pesar de no tener antecedentes penales, de cumplir con sus citas migratorias y tener permiso temporal de trabajo, es un claro ejemplo de cómo estas políticas pueden derivar en excesos.

Si bien es cierto que cada nación tiene el derecho de proteger sus fronteras y velar por su seguridad, esto no debe hacerse a costa de la dignidad de los inmigrantes ni con métodos que promuevan el miedo y la estigmatización.

Es posible fortalecer la seguridad fronteriza sin caer en la persecución indiscriminada. Políticas migratorias efectivas deberían centrarse en mejorar los procesos de verificación, en identificar amenazas reales y en garantizar que quienes buscan una vida mejor puedan hacerlo dentro de un marco legal justo y equitativo.

La inmigración ha sido y seguirá siendo una parte fundamental de la historia de Estados Unidos; la clave está en encontrar un equilibrio entre seguridad y humanidad, evitando que el discurso antiinmigrante se convierta en una justificación para violaciones de derechos y políticas de exclusión.


Comentarios

  1. Es posible identificar los buenos de los malos, como?con antecedentes penales mi imagino supongo q Estados Unidos está capacitado para realizar un adecuado barrido lo cual en Perú no ha sido posible. Pero si estoy de acuerdo contigo q a Trump se le está yendo la mano .

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