Por Karin Ramírez Figueroa
Es indiscutible que en el transcurrir de los años la estructura de las familias ha cambiado, existen diversos tipos de familias (tradicionales, monoparentales, extendidas, etc), así como también se han brindado legalmente derechos a las mujeres, niños, adolescentes y adultos mayores; sin embargo, la internalización de los mismos, así como su cumplimiento aún falta empoderar.
La familia es la célula básica de la sociedad y está protegida por nuestra Constitución Política y, desde el punto de vista social es la columna vertebral del país y también su unidad económica; por lo que, debería contemplarse como parte de las políticas públicas del Perú por cuanto la familia es innata al ser humano, allí crecemos, aprendemos los valores que regirán nuestro desenvolvimiento en la sociedad y muchas veces será el lugar donde encontremos refugio en los momentos difíciles de nuestra vida.
Esas políticas públicas en temas de bienestar de las familias deben ser de manera transversal e intersectorial y no depender de una simple Dirección General dentro del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, puesto que las políticas públicas para el fortalecimiento y bienestar de las familias tienen también incidencia en determinados aspectos como salud, trabajo, educación y temas tributarios.
Si bien el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables cuenta con un Plan de Fortalecimiento de las Familias monitoreado por el Viceministerio de Poblaciones Vulnerables a través de la Dirección General de Familia y la Comunidad, éste es limitado puesto que únicamente se orienta a las beneficencias, fortalecimiento de las familias y adultos mayores.
Las familias al interior del país se encuentran muchas veces carentes de necesidades básicas como luz, agua, carreteras, colegios, salud; si el Estado quiere estar al servicio de sus ciudadanos debería reformular su estructura organizativa a efecto de fusionar el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) y de esta manera crear el Ministerio de las Familias, con objetivos intersectoriales claros que favorezcan lo siguiente:
- Generar conciencia social sobre la relevancia de la unidad familiar como agente económico.
- Fomentar en el mercado laboral la conciliación del trabajo con la vida familiar así como fomentar la corresponsabilidad de deberes y derechos entre los miembros de la familia.
- Prevenir la violencia intrafamiliar en todas sus formas (de hijos a padres, violencia contra ancianos, entre otros).
- Crear un tratamiento tributario familiar que favorezca a las familias con mayor carga.
- Fomentar y beneficiar el emprendimiento familiar.
- Crear una política de viviendas para familias numerosas o con hijos discapacitados.
- Generar programas para familias en zona de riesgo.
- Promover actividades culturales para las familias.