Opinión

Entre la culpa y la autodestrucción

Grave es un adjetivo que queda corto para definir la actual situación política del país. La opción de que un Marxista/Leninista/Velasquista tome el poder y deje en escombros al Perú, sería el trágico final resultante de dos factores (entre otros muchos seguramente).

La culpa, transformada en sentimiento por la juventud de la clase A/B e inclusive C, la misma que ha sido sistemáticamente adoctrinada durante 20 años por la prensa deletérea, profesores universitarios caviares, intelectualoides con ínfulas de dignos y artistas (músicos, actores y afines) tal vez muy excelsos en su campo, pero ignorantes funcionales en cuanto a temas de política, economía y realidad nacional. La culpa, por la cual vociferan luego del 11 de abril frases como “el Perú no solo es Lima”, “a esto nos llevó la derecha”, “vean la revolución y la tierra si quieren entender por qué Castillo está primero” y una larga lista de etcéteras sintiéndose culpables de la pobreza en el país, cual Emma Watson pidiendo perdón por ser blanca.

Deberían tener la mínima lucidez para darse cuenta de que en los últimos 20 años (salvo Alan García) todos los Gobiernos han estado bajo el influjo pestífero de los rojos y los caviares, los cuales dejaron la economía en piloto automático y se dedicaron a dos cosas básicamente: robar a mansalva e infectar ideológicamente a la población en general (foro de Sao Paulo). Tal vez la culpa se reduciría si tuvieran la lucidez de ver que están en el NSE en el que están por el capitalismo puro, no por el comunismo salvaje.

La autodestrucción a su vez, teniendo como grandes catalizadores a la ignorancia y al hartazgo (válido seguramente) de los sectores menos favorecidos y canalizada por la izquierda como mano que mece la cuna. El mismo complejo autodestructivo, que no permite que un comerciante de mercado popular del centro o sur del país, vea que todo el día usa herramientas del capitalismo como la ley de la oferta y la demanda, la negociación y las finanzas, pero que piensa votar por un comunista norcoreano enemigo de todos estos conceptos. Trágica contradicción.

La culpa y la autodestrucción, son dos fenómenos que pueden llevarnos esta vez al infierno. Para los creyentes la culpa nos lleva al reconocimiento de los pecados, al perdón y por ende a la vida eterna. En este caso la culpa se quedaría en sentimiento culposo y nos llevaría a la sucursal más próxima al infierno.

Atacar ambos flancos es nuestro deber, con información contundente, explicación clara, sin soberbia, haciendo docencia responsable y campaña por el Perú. No se trata de defender a un partido o a una candidata, esto va más allá. Esta vez es para que los comunistas enemigos de la Patria, no alcen el puño estalinista manchado históricamente de sangre en señal de victoria este 28 de Julio. ¡No hay que permitirlo!