Opinión

Democracia boba

El ultraizquierdista Jorge Luis Salas Arenas, presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), insulta a la inteligencia de los peruanos con sus argumentos jalados de los pelos para defender la inscripción del partido político de Antauro Humala, quien pasó más de 17 años tras las rejas por haber asesinado a policías en el ‘Andahuaylazo’.

Con total desparpajo, Salas Arenas ha declarado que la agrupación que lleva las siglas del radical etnocarista no tiene relación con él. En simple, según el titular del JNE, Antauro no es lo mismo que la Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (A.N.T.A.U.R.O.).

También Jorge Salas Arenas ha asegurado que el ideario de la agrupación de marras no contiene expresiones antidemocráticas. Esto, a pesar de que Antauro Humala pretende instalar una dictadura fascistoide, asesinando a tiros a políticos para ello. De acuerdo a Salas Arenas, no hay punto de comparación entre el Movadef, brazo político de Sendero Luminoso, cuya inscripción ha sido prohibida, con la “prístina” agrupación A.N.T.A.U.R.O.

Lo dicho por el presidente del JNE solo confirma su evidente inclinación zurda y acrecienta las sospechas acerca de un irregular manejo en las últimas elecciones, en donde no tuvo siquiera que participar el partido comunista Perú Libre, cuyas intenciones eran quebrar el orden constitucional, tal como, finalmente, lo hizo el corrupto y golpista Pedro Castillo.
La democracia no puede ser tan boba de dejar que alguien que se levantó en armas en contra del sistema democrático, matando en su asonada a agentes del orden, cuente con una plataforma política para tentar la Presidencia de la República. Antauro Humala no tendría que poder ocupar ningún puesto en el Estado, al cual intentó destruir.

Le corresponde, pues, a la Fiscalía de la Nación revertir esta situación y aplicar el artículo 14 de la Ley de Organizaciones Políticas, para pedir a la Corte Suprema de Justicia que anule la inscripción del partido en cuestión.
A su vez, el Parlamento tiene que aprobar el dictamen, del proyecto de ley presentado por Alejandro Muñante, que prohíbe que los condenados por traición a la patria, terrorismo, apología al terrorismo, delitos contra los poderes del Estado y el orden constitucional y delitos contra la seguridad nacional puedan postular a cargos de elección popular.

No puede existir “rehabilitación” para un asesino de policías. Antauro Humala debiera ser un paria, con nula posibilidad de sentarse en el ‘Sillón de Pizarro’, pero, ante tanto cojudigno que antes votó por Castillo, urge cerrarle las puertas del sistema democrático. La democracia, reitero, no puede tan ser boba de abrirle las puertas a una dictadura.