El cambio climático ha dejado de ser una preocupación distante para convertirse en una realidad palpable en el Perú. Los eventos climáticos extremos, como el derretimiento de glaciares, inundaciones y sequías prolongadas, se han intensificado, afectando gravemente a nuestra economía y al bienestar social. De acuerdo al Ministerio del Ambiente, MINAM el Perú es responsable de apenas el 0.4% de los gases invernadero; sin embargo, es el tercer país más vulnerable a los riesgos climáticos. Desde este sector se ha advertido también que en los últimos 30 años hemos perdido el 22% de la superficie de nuestros glaciales, que resulta ser el 71% de los glaciales tropicales del mundo.
Por otra parte, el cambio climático ha manifestado sus efectos en otros sectores claves de la economía peruana. Al respecto, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha señalado que, debido a fenómenos climáticos extremos como el Fenómeno del Niño, la producción agrícola se ha reducido en un 12% en los últimos cinco años. Asimismo, la pesca, otra fuente importante de ingresos, ha visto caer sus volúmenes de captura en un 9% anual, debido al calentamiento de las aguas y la migración de especies. Estos indicadores evidencian la urgencia de analizar el problema y plantear soluciones que permitan enfrentar sus consecuencias.
Hablar de los efectos económicos del cambio climático es vital no solo para comprender el impacto actual, sino también para prevenir y mitigar futuros daños. Expertos tales como: Gianella, Chavez-Tafur, and Thomas (2019), advirtieron para el caso peruano que los impactos del cambio climático podrían provocar una pérdida de hasta el 90 % del PIB ganadero para el año 2100.Del mismo modo, el CEPAL advirtió que para Perú se esperan importantes reducciones en la productividad de los cultivos asociados a la seguridad alimentaria (maíz, frijol, papa, quinua, plátano, yuca) y en los cultivos de importancia para los pequeños productores (café, cacao y plátano).
En tal sentido, el cambio climático está generando costos significativos a la economía peruana, y eso afecta principalmente a sectores cruciales como la agricultura y la pesca. Estos impactos repercuten de modo negativo en el PBI del país y agravan la pobreza y la desigualdad en las regiones más vulnerables, por lo que resulta necesario que se adopten medidas concretas, como la implementación de tecnologías sostenibles y la mejora de infraestructuras, para enfrentar los desafíos económicos que esta crisis ambiental trae consigo.
El Estado peruano debe liderar este proceso de transformación hacia un desarrollo más resiliente y sostenible, en alianza con el sector privado y las comunidades. Del mismo modo, es necesaria la implementación de la Política Nacional del Ambiente al 2030, respecto a las medidas para la mitigación y adaptación al cambio climático con un enfoque preventivo así como, establecer sistemas de monitoreo, alerta temprana y respuesta oportuna frente a los desastres.
Solo a través de un compromiso conjunto y acciones concretas, será posible enfrentar los efectos económicos del cambio climático y garantizar un futuro más estable para el Perú.
Excelente información!