160 piscinas que ocupan 21 hectáreas, ordenadas en 20 líneas de a ocho cada una, costaron 670 millones de dólares y no sirvieron ni servirán para nada. Esta es la síntesis los últimos 16 años de fracasos en materia de litio.
Y mientras en 2015, en el Salar de Uyuni se cavaba y se cavaba como malos de la cabeza para construir esas piscinas, Chile y Australia peleaban por el primer lugar mundial en la producción y exportación de litio. Australia que es el quinto en reservas, logró imponerse y el año pasado facturó por este concepto 16.000 millones de dólares, más del doble que la exportación boliviana de gas natural en 2013, que fue el mejor año de todos.
LOS ÚLTIMOS DE LA COLA
La historia del litio en los gobiernos del MAS comenzó en 2008 bajo la conducción de Evo Morales y Luis Alberto Echazú, director de todo lo referido al litio.
Tuvo un presupuesto de 1.675 millones de dólares , el 40 % se gastó en esas 160 piscinas que, según reportó “in situ” la periodista de La Nube, Madeleyne Aguilar, 90 funcionan y 70 no, por falta de impermeabilización.
El año pasado se abrió una investigación contra Echazú por daño económico al Estado por 10 millones de dólares en tres contratos que favorecieron a la constructora de las piscinas, la empresa Proyecto Gerimex.
En 2021, el gobierno de Luis Arce Catacora apostó por una nueva tecnología: Extracción Directa del Litio, EDL.
Se dispuso entonces el relevo de las empresas chinas; un acercamiento a los rusos (con el efectivo “lobby” de Marcelo, según fotografías y varias publicaciones, entre ellas las de Diego von Vacano) ; y, próximamente podrían aceptar inclusive a norteamericana y también europeas, pero en todos los casos se mantendrá una mayoría estatal que es la explicación de fondo de por qué Bolivia se quedó a la cola teniendo la mayor reserva mundial, estimada en 21 millones de toneladas.
¿POR QUÉ FRACASÓ LA TECNOLOGÍA EVAPORÍTICA?
Una empresa privada que juega su propio pellejo y su propio capital jamás hubiera apostado por la tecnología que impuso el gobierno de Evo Morales.
No funcionó por aquello que todos sabíamos, la lluvia. En el Salar de Uyuni llueve al menos 6 meses del año y en ese tiempo la blancura del salar se pierde en el fondo de un inmenso lago.
En consecuencia el agua de las piscinas aumenta con la lluvia y obviamente no se evapora. La esperada evaporación ocurre solo en la época seca, en invierno, pero es un proceso lento que toma unos tres meses. Por esta razón las plantas que se construyeron en el Salar de Uyuni nunca tienen las cantidades de materia prima que necesitan. Y entender esto, tan elemental, les tomó 13 años, del 2008 al 2021.
Para que quede más claro hagamos un corto recuento de hechos.
SE PERDIÓ UNA OPORTUNIDAD HISTÓRICA
En 2008, el gobierno de Evo Morales decidió inventar una tecnología propia para la extracción del litio y durante cuatro años, hasta 2012, sus ingenieros a la cabeza de Echazú, se encerraron para inventar la “pólvora” en un laboratorio ubicado en medio de la blancura gélida del Salar de Uyuni-Potosí.
Concluyeron que el experimento debía continuar en dos plantas piloto, inauguradas en 2012 y en 2013, una de cloruro de potasio, que se usa como fertilizante, de 18 millones de dólares, y otra de carbonato de litio, de 19 millones de dólares. Son plantas piloto que producen insignificancias.
En 2014, contrataron a la empresa china LIN YI DAKE para montar otra pequeña planta, de 3,7 millones de dólares, un laboratorio piloto para baterías de ión, con la finalidad de capacitar a 21 profesionales que debían encargarse en el futuro del manejo de las soñadas plantas de litio.
“MOMENTO HISTÓRICO”
En 2015, Gabriela Zapata, la ex del presidente del Estado Plurinacional, a la cabeza de la empresa china CAMC, se adjudicó un contratado por 178 millones de dólares, que luego se reajustó a 188 millones de dólares, monto que salió del Banco Central de Bolivia, para montar una planta industrial, ya no piloto, de cloruro de Potasio, es decir fertilizantes. Su mercado, en un 90 % está en Brasil, allaaaá lejos, a medio continente de distancia.
Pero, además, ¿qué sentido tenía producir fertilizantes, contaminando el centro del salar de Uyuni, a 30 km de tierra firme, cuando tres años antes, en 2012, el gobierno ya había contratado a la Samsung para levantar la enorme planta de fertilizantes de Bulo-Bulo que costó 1.000 millones de dólares?
Si algo bueno deja la planta CAMC es su remanente o deshecho industrial que también se puede usar como materia prima en la planta de carbonato de litio, un aporte que resultó mínimo.
En todo caso la CAMC abandonó el salar en 2018 dejando la planta de fertilizantes funcionando al 1 % de su capacidad instalada. En 2021, esforzadamente había llegado al 15 %.
CARBONATO DE LITIO: UNA LARGA ESPERA PARA NADA
Aún peor le fue a la planta industrial (no piloto) de carbonato de litio que data de 2008 cuando llegaron unos alemanes para hacerse cargo de este proyecto y más tardaron en llegar que en salir.
El carbonato de litio es el último eslabón antes de fabricar las baterías de litio que usan los vehículos eléctricos y mil otras cosas más.
Es el último eslabón, siempre y cuando el producto sea “grado batería”. Bolivia nunca llegó a este grado de refinación ni siquiera en laboratorio.
CRUZAMOS LA META
Después una década y media, finalmente, el pasado 15 de diciembre de 2023, el presidente Arce, en un día calificado otra vez de “histórico”, inauguró la planta para producir carbonato de litio, bajo la irónica consigna: “No hay tiempo que perder” .
Semanas después de los discursos y de la fiesta por ese “momento histórico “ se constató que esta planta seguía sin arrancar por falta de materia prima. En Uyuni llovía y llovía. Las 160 piscinas en el mes de enero son verdaderas piscinas, con la materia prima en remojo.
MADE IN CHINA
Recordemos que la construcción de esta planta sufrió de inicio varios tropiezos hasta que en 2018 Yacimientos de Litio Bolivianos, YLB, firmó un contrato con la china MAISON-CMEC por 110 millones de dólares para que en un plazo de 14 meses, de una vez por todas, comience la producción de 15.000 t/año de carbonato de litio. Han pasado seis años y nada.
¿QUÉ TIENE ELLOS QUE NO TENGAMOS NOSOTROS?
Hace pocos días en Salta – Argentina, la francesa ERAMINE inauguró la primera fase de una planta de carbonato de litio grado batería para 24.000 t/año. En la segunda fase invertirá mil millones de dólares de su propio bolsillo.
En Jujuy y Catamarca operan empresas australianas que han convertido a nuestro vecino en exportador de litio con una producción de 33 mil t/año, es decir el 5 % de la producción mundial. Sin embargo, Argentina aún está lejos de Chile, el segundo exportador mundial, que en 2022 a punta de inversión privada llegó a exportar 106 mil t/año con 99% de pureza por un valor de 3.648 millones de dólares. (suspiro)
Y, en California Estados Unidos, en Salt Sea, el año pasado se descubrió una reserva de litio que puede más grande que el salar de Uyuni y podría satisfacer varias veces la demanda mundial, por lo que se prevé que el precio del oro blanco siga en descenso.
ENTRE OLVIDOS Y BORRONES
Volviendo al Salar de Uyuni, el anterior presidente interino de YLB era un ingeniero eléctrico. Lo cambiaron. La nueva presidenta de la YLB, Karla Calderón, confesó que había encontrado la planta de carbonato de lito de cabeza y que en pocos meses tuvieron que reorganizar todo el proceso de producción con la esperanza de que pueda funcionar inicialmente al 20 % de su pequeña capacidad instalada. Es decir, la meta de Bolivia son 3.000 t/año. Una vergüenza.
Anteriormente en 2022 también se dieron cuenta que esta planta no disponía de agua, elemento que se requiere en grandes cantidades. Para superar esté olvido, contrataron a ofertante más caro, a la compañía de Carlos Caballero por 49 millones de dólares, para construir una planta que bombea y filtra agua que se obtiene de ocho pozos ubicados en la periferia del salar.
ADIOS BOLIVIA
En enero de este año, los chinos de la MAISON-CMEC, con los bolsillos llenos y las manos vacías de carbonato de litio, hicieron la entrega definitiva de esta planta. Karla Calderón insiste en que esta planta funciona y posiblemente tenga razón, la pregunta es ¿ con qué materia prima?
La amarga verdad es que la obtención de litio por evaporación funciona en el desierto de Atacama-Chile pero no funciona en el Salar de Uyuni y esto no tiene arreglo.
NI UN DÓLAR PARA LA REPARACIÓN AMBIENTAL
Las piscinas, 90 que supuestamente funcionan, contienen salmuera removida y mezclada con muchísima agua y cal, el “calado” acelera la evaporación. Es un barrial que contiene grandes cantidades de magnesio y 18 % de litio.
Cuando se tiene la suerte de que brille el sol y ocurra el milagro de la evaporación, una parte de ese material se usa de materia prima para la planta de carbonato de litio. Pero, el mayor volumen, con gran contenido de magnesio, infinidad de otros minerales, químicos y barro, queda como deshecho. Son toneladas y toneladas que contaminan el frágil equilibrio ecológico del salar. Este experimento ha dejado un gran pasivo ambiental del que todavía nadie habla y cero obligación de YLB y las empresas chinas de reparar el desastre que han dejado.
¿CUÁNTO SE PERDIÓ?
Así, esperando la evaporación, Bolivia vio pasar frente a sus narices el boom del litio, mineral que en el año 2021 llegó a cotizar en 42.600 dólares por tonelada. Para enero de este año había caído hasta los 16.100 dólares/tonelada y la tendencia sigue a la baja.
Han sido 16 años evaporados y desaprovechados que arrojan una perdida “grosso modo” de más de 11 mil millones de dólares. La conclusión elemental, mi querido Watson, es que había que cambiar de tecnología, no más piscinas.
BORRÓN Y CUENTA NUEVA
En 2021, el gobierno de Arce Catacora decidió volver a empezar y lanzó una primera convocatoria internacional para instalar en tres distintos salares, cinco nuevas plantas de carbonato de litio que usen tecnología EDL, tres de ellas son, otra vez , piloto, es decir experimentales.
No se sabe con exactitud en qué consiste esta nueva tecnología. YLB afirma que los documentos son confidenciales, pero se cree que con EDL se podrá recuperar litio en más del 90 %.
Las empresas contratadas hace un año son:
1. – Para dos plantas a estrenar en año electoral, con una capacidad de 25.000 t/año cada una y una inversión propia de 1.400 millones de dólares, se firmó con un consorcio gigante chino, CALT-BRUMP-CMOL-CLB.
2.- Para una plata piloto, que también debe estar lista en 2025, con la CITIC GUOM, que se dice pionera en tecnología EDL.
3.- Una cuarta plata de carbonato de litio, también piloto, estará a cargo de las chinas CBC- Qin Shua Zhoo
4.- Finalmente, por 450 millones de dólares , la rusa URANIUM, mediante su representante Yuri Alexanderovich, firmó un contrato para una planta chica que debe producir 14.000 t/año de carbonato de litio.
Al parecer, en el primer año de vigencia de esos contratos, no hay notorios avances y por eso, el pasado 26 de enero, el gobierno lanzó una segunda convocatoria internacional para contratar más empresas para nuevas plantas, a ver si alguna funciona.
De aquí a poco, no quedará espacio en ninguno de los siete salares del país y no se sabrá qué hacer con las miles de toneladas de químicos, barro y agua contaminada que deja esta actividad.
* Tomado de Cabildeo Digital, escrito por Amalia Pando