Opinión

Abajo el Vizcarrismo electoral: ¡Salas Arenas debe irse del JNE!

El Vizcarrismo, cual virus dañino, no sólo infectó nuestro sistema de salud con las inefables encargaturas del MINSA a Víctor Zamora, bautizado en redes y en portadas de algunos diarios como el «doctor muerte», y la de Pilar Mazetti, una funcionaria pública dispuesta a hacer lo que fuera por mantenerse en el poder y, como hemos visto, sin escrúpulos para vacunarse en secreto por delante de toda la primera línea de médicos y personal sanitario, que cuentan sus fallecidos por cientos. Ni qué decir con la sólida posición de Fiorella Molinelli en Essalud, su ex Vice ministra de Transporte en los tiempos de la adenda Chinchero y que se mantiene al frente del seguro social ya con cuatro presidentes distintos: Kuczynski, el propio Vizcarra, Merino y ahora Sagasti. El costo que han provocado para el país esta gente se cuenta en alrededor de los 100 mil decesos de compatriotas. Un genocidio por el que tendrán que responder.

Pero, como decíamos, además del sistema de salud Vizcarra también lesionó muchas instituciones de la vida republicana; allí está por ejemplo el Ministerio Público, organismo que fue puesto bajo el mando de Zoraida Avalos, hasta hace poco su incondicional. Institución de la que ha destituido a Chavarry y de la que ha suspendido a Tomás Aladino Gálvez. Espacio en el cual alimentó una idolatría a un par de fiscales – Vela y Prerez- que no han hecho más que proteger los intereses de los brasileños de Odebrecht llegando al punto hasta de condonarles deudas tributarias. El Vizcarrismo en el sistema de justicia aún permanece intacto.

Pero el escándalo #VacunaGate no nos debe hacer perder de vista lo inmensamente urgente respecto a una institución clave en las próximas semanas: el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). El Vizcarrismo electoral no nos garantiza que las elecciones que se van a dar en su primera vuelta el 11 de abril sean limpias o transparentes. Y este virus en el sistema electoral está representado por el presidente del JNE: Jorge Salas Arenas, quién instrumentalizando la ausencia de un quinto magistrado que debe provenir del colegio de abogados y que éste último no define pues vive una temporada oscurantista, aprovecha y vota en casi todas las causas usando su voto dirimente y votando para todo efecto práctico dos veces, haciendo de la excepción una regla y enrareciendo todo el proceso.

El Partido Perú Nación de Francisco Diez Canseco, el Frente Esperanza de Olivera, TPP de Cilloniz, el APRA, parte de las listas del PPC han quedado fuera en mayor o medida por tecnicismos y sobre reglamentarismos del ente electoral que ha puesto estas nimiedades por encima del derecho constitucional de participación política. Pienso que esto ha respondido a una motivación política, evidenciada cuando se supo por el prestigioso periodista Ricardo Uceda de «La República», de favorecer a Vizcarra. Tan es así que en la causa del ex presidente Salas Arenas sobre Vizcarra hizo que los magistrados cambien el sentido de su voto para que el moqueguano pueda quedarse en carrera. Esto cobra especial connotación si tomamos en cuenta que hace unos años Vizcarra Cornejo le hizo un favor al hermano de Salas Arenas. Es claro que están coordinados y es obvio que Salas no ofrece garantías de transparencia ni está calificado moralmente para seguir al mando del JNE.

El Congreso debe actuar acusando constitucionalmente a Salas Arenas y removiendolo del cargo y/o encontrando el mecanismo institucional que permita librarnos de un pillo que va a usar su poder e influencia para torcer la voluntad popular. Debe irse.