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Rusia anuncia su plan para fabricar sus propias consolas. ¿Podrá competir contra Nintendo, PlayStation y Xbox?

El plan para impulsar la industria del videojuego ruso se presentará en junio

La aportación de Rusia a la industria del videojuego no se limita al Tetris, que no es poco, pero la nueva iniciativa de Vladimir Putin es todo un golpe sobre la mesa: según se ha recogido a través de un comunicado publicado en el sitio web oficial del Kremlin, el gobierno ruso ha iniciado un proceso para crear consolas de producción propia. Sistemas que competirán con las máquinas de Nintendo, PlayStation y Xbox.

Según se informa, Putin ha ordenado al poder ejecutivo del Estado que elabore un plan para desarrollar y fabricar sistemas de videojuegos. Además, la idea no acaba en el hardware, ya que abarca un sistema operativo propio y hasta una plataforma de juego en la nube. Por poner un símil, la idea es desarrollar un ecosistema de videojuegos parecido al que actualmente tiene Microsoft con Xbox.

La responsabilidad de esta iniciativa ha recaído en manos del primer ministro Mikhail Mishustin, quien deberá supervisar el plan y, según medios locales, plantearlo de manera factible con un plazo establecido para el próximo 15 de junio. Casualmente, fechas en las que normalmente se celebraría el ya extinto E3.

Con todo, y pese a tratarse de una orden del propio presidente Putin, de manera formal estamos ante una consulta para estudiar la viabilidad del proyecto. La idea detrás de la iniciativa es potenciar y promocionar en Rusia una gran industria del videojuego a través de un ambicioso plan con una hoja de ruta presentada el pasado mes de febrero y con vistas a cinco años. Sin embargo, y en caso de seguir adelante, no tardaríamos tanto en ver las consolas rusas.

En el comunicado se ha establecido que la consola impulsada por el gobierno de Rusia debería estar completamente desarrollada para 2026-2027. Coincidiendo más o menos con el relevo generacional de las actuales consolas. De hecho, se buscará establecer alianzas internacionales para la publicación y producción de juegos y contenidos. Siendo, lógicamente, el tema más delicado.

Rusia es uno de mayores mercados de videojuegos a nivel de cantidad de usuarios del territorio Europeo (a nivel de geografía, no de la CEE). Un tema aparte es cómo el software distribuido de manera no legal está extendido ahí. Tras estallar el conflicto con Ucrania, muchas compañías y fabricantes como Electronic Arts o las propias Microsoft, Nintendo y Sony decidieron restringir sus operaciones o directamente anularlas en territorio ruso. Con lo que no será fácil plantear que franquicias y sagas conocidas arropen las consolas.

Como resultado, uno de los planes pasa por ese fuerte impulso de industria del videojuego a nivel nacional. Algo que, bien gestionado y con una buena expansión entre países vecinos (como China) puede llegar a redibujar el panorama y la posición de Rusia en la mayor industria del entretenimiento.

Lo cual nos devuelve a la pregunta planteada al principio: ¿hasta qué punto podrán competir las consolas rusas con las que décima generación de Nintendo, PlayStation y Xbox? Al final todo se reduce a tres factores: el plan que se presente en junio, los juegos que arropen la iniciativa y lograr que se estos sistemas se distribuyan a nivel mundial. O, al menos, lo suficiente como para que toda la iniciativa sea medianamente sostenible.