La diferencia no está solo en el sabor o la apariencia de los platillos, sino en la seguridad alimentaria.
Cuando hablamos de carne, cada persona tiene su propia preferencia: algunos disfrutan un corte de res bien cocido, otros lo prefieren a término medio o incluso casi crudo. Sin embargo, con el pollo no existe debate: siempre debe cocinarse completamente, nunca servirse crudo.
Se trata de una regla tan interiorizada que rara vez nos detenemos a cuestionar el porqué. No obstante, la explicación es clave, ya que omitir una cocción adecuada no solo afecta el sabor, sino que puede poner en riesgo la salud.
La diferencia entre res y pollo
En la carne de res, las bacterias suelen alojarse únicamente en la superficie del corte. Al cocinarlo, incluso de manera ligera, esas bacterias se eliminan, lo que permite disfrutar de términos menos cocidos sin comprometer la seguridad.
El caso del pollo es distinto. Su carne es menos densa, lo que facilita que microorganismos presentes en el exterior penetren en profundidad. Así, si no se cocina de forma completa, el interior puede albergar bacterias peligrosas.
Bacterias más comunes en el pollo crudo
Entre los patógenos más frecuentes se encuentran la salmonela, el campylobacter y el clostridium. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) advierten que la salmonela es responsable de gran parte de las enfermedades transmitidas por alimentos.
Según datos de la misma institución, 1 de cada 25 paquetes de pollo vendidos en supermercados contiene salmonela. Esto explica por qué en EE.UU. cerca de un millón de personas se enferman cada año tras consumir pollo contaminado, y en algunos casos, las consecuencias pueden ser fatales.
Síntomas de una infección por salmonela
- Diarrea
- Cólicos estomacales
- Fiebre
- Náusea y vómito
- Escalofríos
- Dolor de cabeza
- Sangre en las heces
Cómo reducir riesgos en la cocina
Para prevenir enfermedades, los expertos recomiendan:
- Lavarse bien las manos antes y después de manipular carne de ave cruda.
- Mantener la cocina y utensilios limpios.
- Refrigerar adecuadamente los alimentos.
- Cocinar el pollo hasta que esté bien cocido en todas sus partes.