Un estudio reciente, publicado en la revista Evolutionary Psychological Science, revela que las mujeres suelen dar mayor importancia a las acciones afectivas —como colaborar en las tareas domésticas— que a las frases románticas como “te quiero” o “estoy aquí para ti”.
La investigación muestra que, al inicio de una relación, los gestos cotidianos pesan más que las palabras bonitas. Aunque tanto hombres como mujeres valoran la calidez y la confianza en una pareja, las señales que cada sexo considera más convincentes son distintas.
Lo que descubrió el estudio
Basándose en teorías de inversión reproductiva, los investigadores plantearon que las mujeres priorizan indicios de compromiso y confiabilidad, mientras que los hombres tienden a responder más a señales de interés emocional o sexual inmediato.
Para comprobarlo, realizaron tres experimentos con más de 500 participantes:
- Primer experimento: los voluntarios imaginaron situaciones en las que sus parejas expresaban afecto mediante palabras o actos, como dar ánimo tras un día estresante o ayudar con la ropa.
- Segundo experimento: los evaluados eligieron entre dos perfiles hipotéticos: uno centrado en frases románticas y otro en acciones concretas. Además, calificaron la confianza que inspiraba cada uno.
- Tercer experimento: repitieron el modelo con descripciones más detalladas, midiendo de forma más precisa la calidez percibida.
Los resultados fueron claros: las mujeres consideraron más valiosos los gestos que las palabras, mientras que los hombres tendieron a valorar ambos de manera similar o se inclinaron por las expresiones verbales.
Hechos que pesan más que palabras
Según los autores, los actos cotidianos requieren esfuerzo y son más difíciles de fingir, a diferencia de las palabras, que pueden decirse sin verdadero sentimiento. Desde una perspectiva evolutiva, este tipo de comportamientos serían señales de inversión de tiempo y compromiso, factores clave para la estabilidad y la crianza a largo plazo.
La conclusión: en el juego de la atracción, las palabras enamoran, pero los hechos construyen confianza y determinan el futuro de una relación.