La NASA está estudiando de dónde proceden exactamente, porque nadie sabe.
La misión de los astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Sunita Williams, a bordo de la cápsula Starliner de Boeing, se ha visto complicada por una serie de contratiempos técnicos que han retrasado su regreso a la Tierra. Además de los problemas iniciales que provocaron su varamiento en la Estación Espacial Internacional (ISS), los astronautas han reportado un incidente inusual: sonidos extraños provenientes de la nave.
Un ruido misterioso y sin explicación
El pasado sábado, Butch Wilmore comunicó al control de misión en Houston que estaba escuchando un “ruido pulsante, casi como el sonido de un sonar” proveniente de la Starliner. Este hecho ha generado preocupación entre los equipos de tierra, quienes están investigando las posibles causas de este fenómeno.
Aunque los astronautas no parecen estar en peligro inmediato, el origen de estos ruidos sigue siendo un misterio. Los ingenieros de la NASA están analizando los datos telemétricos de la nave para tratar de identificar la fuente del sonido y evaluar si representa algún riesgo para la seguridad de la misión.
Posibles explicaciones
Existen varias teorías sobre el origen de estos ruidos. Una posibilidad es que se deba a una deformación en la estructura de la nave, similar al incidente ocurrido en 2003 con la nave espacial china Shenzhou 5. Otra explicación podría estar relacionada con algún componente electrónico o mecánico de la Starliner que está funcionando de manera anormal.
Debido a los problemas técnicos experimentados por la Starliner, el regreso de los astronautas Wilmore y Williams a la Tierra se ha retrasado varios meses. Inicialmente previsto para mediados de junio, el regreso se ha fijado ahora para febrero de 2025. Los astronautas serán trasladados a la Tierra a bordo de la cápsula Crew Dragon de SpaceX.
Mientras tanto, la Starliner permanecerá acoplada a la ISS hasta principios de septiembre, cuando se realizará una prueba de reingreso no tripulada. Los ingenieros de Boeing aprovecharán esta oportunidad para evaluar el estado de la nave y determinar si es necesario realizar reparaciones antes de su próximo vuelo con tripulación.
A pesar de los contratiempos, la NASA y Boeing continúan trabajando para resolver los problemas técnicos y garantizar el éxito de futuras misiones tripuladas a la ISS.