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El James Webb detecta unos ‘solitarios’ objetos luminosos de origen desconocido

Se trata de cinco cuásares que serían los más antiguos observados hasta el momento.

Un grupo internacional de astrónomos reveló que el descubrimiento de algunos cuásares muy antiguos, que parecen no estar rodeados de ninguna galaxia, planteó interrogantes sobre cómo estos objetos astronómicos lograron formarse en el universo primitivo, informó este jueves el Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.).

Los cuásares son una subclase de núcleo galáctico activo (AGN, por sus siglas en inglés) extremadamente dinámicos y luminosos, que se encuentran en las galaxias activas del universo temprano. Además, reciben su energía de un agujero negro supermasivo situado en su centro, que a su vez se alimenta de enormes cantidades de materia circundante.

En anteriores investigaciones se propuso una hipótesis que sugería que los primeros cuásares se formaron en regiones excesivamente densas de gas y polvo interestelares. Asimismo, se explicó que esta materia también dio origen a varias galaxias pequeñas en los alrededores de estos objetos luminosos.

Flotando solitariamente en el espacio

De acuerdo con el actual modelo cosmológico, algunos cuásares residen en campos muy poblados de más de 50 galaxias. Sin embargo, en un nuevo estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal se reportó la existencia de cinco cuásares con solo unas pocas galaxias en sus proximidades.

Estos objetos fueron identificados a partir de múltiples imágenes obtenidas del instrumento NIRCam del telescopio espacial James Webb. Según los autores de la investigación, se piensa que los cinco cuásares se formaron cuando el universo tenía entre 600 y 700 millones de años, una fracción de su edad actual, que se estima en 13.000 millones de años.

Tras ello, los científicos consideraron que los cuásares recién identificados son los más antiguos observados hasta el momento. Por otro lado, comentaron que los agujeros negros supermasivos que alimentan a los cuásares son 1.000 millones de veces más masivos que el Sol, así como un billón de veces más brillantes.

Incertidumbre sobre sus orígenes

Sin embargo, los especialistas se cuestionan cómo pudieron originarse en un momento en el que el universo era muy joven, puesto que no cuentan con ninguna fuente que hiciera que sus agujeros negros crecieran. Anteriormente, se teorizó que los cuásares se formaron en la zona más densa de una red de materia oscura, la cual también generó una gran cantidad de pequeñas galaxias en sus alrededores.

Los expertos detallaron que los filamentos de materia oscura actuaban como una especie de camino gravitatorio, logrando que el gas y el polvo atraído se acumulara en las regiones densas de la red. Tal condición provocó que se generaran objetos primitivos brillantes y masivos, como los cuásares.

No obstante, los cuásares ‘solitarios’ parecen estar situados en regiones carentes de galaxias, por lo que, basándose en el actual modelo cosmológico, se estima que hay poca materia oscura que produzca los objetos para alimentar a sus agujeros negros. «Si no hay suficiente material para que algunos cuásares puedan crecer de forma continua, eso significa que debe haber alguna otra forma de que puedan crecer, que aún tenemos que descubrir», concluyó la profesora Anna-Christina Eilers.