Exoplanetas interiores como exteriores podrían tener agua, según nuevas observaciones de TRAPPIST-1, hechas por el Telescopio Espacial James Webb.
La ciencia no pareciera estar tan lejos de finalmente encontrar vida en otro mundo. Hay un sistema de siete exoplanetas, a 39 años luz de distancia, llamado TRAPPIST-1 en los que, al menos, podría haber agua líquida.
Este sistema de siete exoplanetas fue descubierto en el 2015 y desde entonces se ha vuelto foco de atención por parte de los científicos, ya que al menos cuatro de los siete mundos se encuentran en la zona habitable.
Se sabe que la estrella central, TRAPPIST-1, es una enana ultrafría que, a pesar de su pequeño tamaño comparable al de Júpiter, es considerablemente más masiva. Su baja temperatura hace que emita principalmente luz en el rango infrarrojo, dificultando su detección utilizando métodos convencionales.
Los siete exoplanetas que orbitan alrededor de Trappist-1 han sido bautizados como Trappist-1b, Trappist-1c, Trappist-1d, Trappist-1e, Trappist-1f, Trappist-1g y Trappist-1h. Estos planetas rocosos tienen tamaños similares a la Tierra, lo que plantea la fascinante posibilidad de que puedan albergar agua líquida en sus superficies y, potencialmente, condiciones propicias para la vida tal como la conocemos.
Nuevas observaciones de TRAPPIST-1 con el Telescopio Espacial James Webb
Científicos de la Universidad de Cornell, encuentran nuevos datos sorprendentes sobre este sistema de exoplanetas, gracias a las observaciones del Telescopio Espacial James Webb, reseña DA.
Dicen en su sitio web que, en primer lugar, pudieron observar datos como » la evolución estelar de las atmósferas planetarias terrestres, incluido el escape atmosférico, la pérdida de océanos y la producción abiótica de oxígeno”, informaron.
“Si bien la mayoría de los estudios anteriores utilizan una única evolución de la luminosidad de la estrella anfitriona, incorporamos incertidumbres observacionales en la masa estelar, la evolución de la luminosidad, la edad del sistema y los parámetros planetarios para explorar estadísticamente el rango plausible de resultados de escape atmosférico planetario”, añadieron.
Explican que con esto último intentan observar con detalles la densidad de las atmósferas para encontrar si pierden mucha agua tras la interacción que hacen con la estrella masiva. Eso les permite ver que cantidad de agua podría tener cada mundo.
De hecho, encuentran que “si TRAPPIST-1b no tiene aire mientras que TRAPPIST-1c posee una tenue atmósfera de oxígeno, como sugieren las observaciones iniciales del JWST, entonces nuestros modelos predicen un contenido inicial de agua superficial de 8,2 océanos terrestres para estos mundos, lo que lleva a a los planetas exteriores reteniendo 1,5 océanos terrestres después de entrar en la zona habitable. Incluso si TRAPPIST-1c no tuviera aire, no se excluiría el agua superficial en los planetas exteriores”.