El ADN del ser humano parece que está evolucionando. Un estudio reciente confirma el hallazgo de 155 genes nuevos. Aunque nada es como parece.
El estudio del ADN humano ha avanzado de manera considerable en los últimos años y ahora gracias a ello ha sido posible comprobar que contamos con 155 genes nuevos que parecen haberse originado desde cero.
Al menos eso es lo que sugiere una reciente investigación en el terreno de la genética, donde, para poder abordarla de manera adecuada, será necesario repasar algunos conceptos esenciales primero.
Cada nuevo hallazgo sobre restos antiguos de ADN ha ayudado a comprender mejor la cadena evolutiva de la raza humana y otras especies.
Pero hay un concepto que ha prevalecido en la comunidad científica desde entonces: el del “ADN basura”. Que es el nombre con el que se designa a aquellos genes que no codifican proteínas y que se pensaba que no tenía ninguna función.
Pero esa idea se ha venido desechando en fechas recientes, gracias al avance de la tecnología de estudio y decodificación del ADN que ahora nos ha permitido descubrir que en esos segmentos se han detonado cambios clave.
Una investigación publicada por un equipo del Alexander Fleming Biomedical Sciences Research Center en la más reciente edición de la revista Cell un grupo de científicos examinaron el genoma humano en busca de pruebas del nacimiento de nuevos genes.
Los genes de novo surgen espontáneamente de fragmentos de ADN que no codifican proteínas, pero pueden codificar moléculas que activan y desactivan genes o realizan otras funciones en la célula.
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Pues este nuevo estudio reveló 155 de estos genes humanos creados desde cero que codifican proteínas diminutas o microproteínas, muchas de las cuales contenían menos de 100 aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas.
Estos genes son totalmente humanos y no existen en el genoma de ninguna otra especie, ni siquiera los chimpancés. Incluso los primeros datos de los experimentos en torno a este hallazgo sugieren que al menos 44 de estas 155 proteínas pueden desempeñar un papel importante en el crecimiento celular.