El exarzobispo de Lima y primer cardenal del Opus Dei, Juan Luis Cipriani Thorne, se encuentra en el centro de la polémica tras las denuncias de abuso sexual en su contra, presuntamente ocurridas en 1983. A pesar de las sanciones disciplinarias impuestas por el Vaticano, muchos se preguntan si podría enfrentar a la justicia penal y, eventualmente, ser encarcelado.
El Vaticano, tras recibir la denuncia de la presunta víctima, ha impuesto medidas restrictivas al cardenal, entre las que se incluyen:
- Prohibición de hacer declaraciones públicas.
- Restricción para usar las vestimentas e insignias de su rango cardenalicio.
- Orden de abandonar Perú y residir en Madrid, España.
Estas sanciones, aunque severas, no constituyen una expulsión del estado clerical, una pena que podría abrir la puerta a un proceso penal en la justicia ordinaria.
El derecho canónico establece, en el canon 1395, que los clérigos que cometan delitos sexuales graves pueden ser sancionados con la expulsión del estado clerical si la gravedad del caso lo amerita. Sin embargo, hasta la fecha, Cipriani no ha sido sometido a esta medida.
La falta de esta sanción limita la posibilidad de que sea juzgado en el ámbito penal, ya que el procedimiento interno en la Iglesia es determinante para permitir que el caso pase a la justicia civil.
Los delitos de abuso sexual son considerados imprescriptibles en muchos países, lo que significa que pueden ser juzgados sin importar cuánto tiempo haya transcurrido desde que ocurrieron los hechos. Sin embargo, para que Cipriani enfrente un proceso penal, deben cumplirse ciertos requisitos:
- Expulsión del estado clerical: Este paso es crucial, ya que permite desvincularlo de la protección que el derecho canónico ofrece.
- Evidencia suficiente: Aunque la naturaleza imprescriptible del delito permite abrir un caso, es necesario contar con pruebas contundentes para justificar un proceso penal.
En este caso particular, el testimonio de la presunta víctima, que salió a la luz años después de los hechos, y la estricta confidencialidad del procedimiento eclesiástico complican la recopilación de evidencia necesaria.
Juan Luis Cipriani ha negado categóricamente las acusaciones en su contra. En declaraciones previas, afirmó que no ha cometido delito alguno y que las denuncias se basan en hechos no comprobados. También señaló que, a pesar del dolor que le han causado estas acusaciones, no guarda rencor hacia su denunciante.
Reflexión final
El caso de Juan Luis Cipriani pone en evidencia la complejidad de abordar denuncias de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica. Aunque existen mecanismos legales tanto en el ámbito eclesiástico como en el penal, la transición entre uno y otro no siempre es clara ni automática. Por ahora, la posibilidad de que Cipriani enfrente un juicio penal sigue siendo remota, pero no imposible, dependiendo de las decisiones que tome el Vaticano y de la aparición de nuevos elementos en el caso.