En una trama digna de una novela de intriga, un grupo de agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) y personal del Ministerio Público se ven envueltos en un presunto episodio de robo, donde un lingote de oro valorado en un millón de soles habría sido hábilmente sustituido por un modesto fragmento de cobre de 170 soles. Las oscuras circunstancias de este incidente se han revelado gracias a un informe presentado por Panorama.
En este relato, el empresario Kevin Valencia Muñoz emerge como la voz de denuncia, acusando a las autoridades de urdir un plan maestro para despojarlo de su preciada posesión. La trama se inicia el 10 de julio de 2023 en los alrededores de los Servicios Aeroportuarios Andinos (SAASA) en el Callao, donde una operación simulada por los agentes condujo al arresto de Valencia, acusado de transportar oro proveniente de la minería ilegal.
Desde ese momento, Valencia fue llevado a la sede de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) en Lima, donde, según su testimonio, se gestó el oscuro cambio del valioso lingote por un simple trozo de cobre. El abogado Carlos Condori, representante del empresario, sostiene que el objetivo era claro: robar el oro original y reemplazarlo sin levantar sospechas.
El informe de Panorama expone fotografías comparativas de ambos lingotes, revelando una diferencia evidente. Aunque los números marcados en el cobre imitaban el original, el color y la textura delatan la artimaña. La pieza, cuyo valor supera los 280 mil dólares, estaba destinada a ser enviada a la India, pero la intervención policial impidió que llegara a su destino planificado.
Entre los nombres involucrados destaca el suboficial PNP Hevert Terreros Ayala, señalado como responsable de abrir la caja que resguardaba el lingote de oro. Las sospechas apuntan a una posible organización criminal formada por policías y fiscales, quienes, según el abogado Condori, orquestaron todo un operativo para inculpar a Valencia.
El testimonio de Valencia destaca que estuvo seis meses en prisión, acusado de tener un lingote de oro de minería ilegal, y que fue extorsionado por el suboficial Terreros Ayala, quien supuestamente le exigía 50 mil dólares para no procesarlo. En este intrigante episodio, la verdad parece ser más extraña que la ficción, revelando un entramado oscuro entre las fuerzas del orden y el crimen.
