El Gobierno Regional de Cusco (Gore Cusco) ha decidido no renovar la concesión del Hotel Sanctuary Lodge, operado por la empresa Belmond, cuya administración finalizará en mayo próximo.
La decisión ha generado opiniones divididas en la región, ya que mientras las autoridades buscan recuperar el control del predio, el sector turismo advierte sobre posibles impactos en la oferta hotelera de lujo en Machu Picchu.
El gobernador regional de Cusco, Werner Salcedo, ha señalado que la gestión del hotel debe estar en manos del Gobierno Regional y no de privados, argumentando que estos «usufructúan el bien dejando poca partida presupuestal para Cusco».
“Reafirmamos nuestro compromiso con la sociedad y los ciudadanos del Cusco, asegurando que la recuperación y gestión del hotel será un esfuerzo conjunto entre el Gobierno Regional Cusco, el Consejo Regional, y las autoridades locales de Urubamba y Machu Picchu. Este proceso ya está en marcha con la conformación de una comisión de transferencia que trabaja activamente en su implementación”, señala un comunicado oficial.
Según el Gore Cusco, se han realizado reuniones con autoridades del Ejecutivo, miembros del Consejo Regional, representantes de Belmond, y organizaciones sociales, con el fin de recopilar información sobre el estado del predio y definir los próximos pasos.
El objetivo, afirman, es garantizar una transición ordenada y transparente, asegurando que la futura gestión del hotel beneficie a la población cusqueña y contribuya al desarrollo sostenible de la región.
Por su parte, la empresa Belmond ha manifestado su intención de continuar administrando el hotel por tres años más, argumentando que la pandemia y otros factores afectaron sus operaciones. Ante la negativa del Gore Cusco, la compañía ha advertido que podría iniciar un proceso de arbitraje.
El destino del Sanctuary Lodge sigue en discusión. Algunos sectores proponen convertir el espacio en un centro de interpretación para mejorar la experiencia cultural en Machu Picchu, mientras que el sector turismo aboga por una licitación internacional que permita atraer a un nuevo operador y mantener la oferta de hospedaje de lujo en la zona.
El desenlace de este proceso será clave para el turismo en Cusco y la gestión de uno de los espacios más exclusivos de Machu Picchu.