En un controvertido desenlace judicial, la Fiscalía ha solicitado una condena de cuatro años de prisión para el suboficial de la Policía Nacional del Perú (PNP) David Peña Zea, quien disparó y dio muerte a un delincuente durante un violento asalto, en lo que él sostiene fue un acto de defensa propia.
Lo que resulta más polémico es que, además de la pena de cárcel, el Ministerio Público exige una reparación civil de 500 mil soles a favor de los familiares del delincuente abatido, Kevin Aaron Castro Ruíz, quien tenía antecedentes penales por hurto agravado en banda.
El incidente tuvo lugar cuando Peña Zea, aprovechando su día libre, trabajaba como taxista por aplicativo. Dos hombres abordaron su vehículo en Villa María del Triunfo sin levantar sospechas, pero al llegar a San Juan de Miraflores, sacaron un arma de fuego y lo amenazaron con el objetivo de robarle el vehículo.
En ese momento crítico, Peña Zea, aprovechando un descuido de los asaltantes, reaccionó rápidamente. Desenfundó su arma reglamentaria, salió del auto y disparó, hiriendo mortalmente a uno de los asaltantes con dos disparos precisos.
El segundo agresor logró escapar del lugar, abandonando a su compañero, Castro Ruíz, quien quedó tendido en el suelo. Días después, el delincuente fue despedido por sus familiares con una ceremonia que incluyó música y disparos al aire. Mientras tanto, el suboficial Peña Zea enfrenta un proceso legal que podría culminar en una condena privativa de libertad.
“Lo único que busco es justicia. Estaba en peligro y actué para proteger mi vida”, declaró Peña Zea, quien insiste en que su accionar fue conforme a los protocolos de la PNP y en legítima defensa.
El caso ha causado una profunda indignación en diversos sectores de la opinión pública, que consideran incomprensible la postura del Ministerio Público. Muchos sostienen que el policía solo cumplió con su deber al proteger su vida ante una amenaza directa e inminente.
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