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Congresitas cuestionan la obra «Maria maricón»

El estreno de la obra «María Maricón», programado como parte del Festival Saliendo de la Caja del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CCPUCP), ha encendido un intenso debate entre sectores políticos y culturales del país. La Mesa de Mujeres Parlamentarias del Congreso de la República expresó su rechazo hacia la obra, argumentando que representa una ofensa a las creencias religiosas de la mayoría de los peruanos.

En un comunicado, las congresistas manifestaron su preocupación por el uso del término «maricón» vinculado a la Virgen María, calificándolo como una falta de respeto hacia una figura sagrada para los fieles católicos. «La libertad de expresión no debe utilizarse para denigrar ni atacar las convicciones y tradiciones de los demás», señalaron las legisladoras.

El pronunciamiento fue respaldado por diversas congresistas, entre ellas Auristela Obando, Patricia Juárez y María del Carmen Alva, quienes destacaron la importancia de proteger los valores culturales y religiosos del país.

La obra, que combina danzas folklóricas, cantos y textos religiosos con la historia personal del actor Gabriel Cárdenas, buscaba ofrecer una narrativa compleja sobre identidad y fe. No obstante, ante la creciente presión y las críticas públicas, la PUCP decidió cancelar la presentación y emitió disculpas a la comunidad.

Por su parte, el director de la obra aclaró que su intención nunca fue atacar la religión católica, sino compartir su experiencia personal como hombre homosexual en una sociedad que considera conservadora. «Utilizo imágenes de vírgenes y santas a las que he sido devoto para contar mi historia», declaró Cárdenas.

El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, también se sumó a las críticas, calificando la obra como un «insulto a la Iglesia Católica». La situación ha generado un debate más amplio sobre los límites de la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas en el contexto artístico.

Mientras sectores conservadores aplauden la cancelación, colectivos artísticos y defensores de derechos humanos lamentan lo que consideran un acto de censura influenciado por presiones políticas y religiosas.


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