La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha sido durante décadas el principal organismo del gobierno estadounidense encargado de distribuir ayuda exterior. Su labor abarca desde asistencia humanitaria en crisis hasta proyectos de desarrollo sostenible en diversas regiones del mundo. Sin embargo, en 2024, USAID enfrenta un panorama incierto debido a la intención de la administración de Donald Trump de reformar o incluso cerrar la agencia, lo que ha generado un intenso debate en Washington y a nivel internacional.
Desembolsos de USAID en 2023
En el año fiscal 2023, USAID distribuyó aproximadamente 44 mil millones de dólares en más de 160 países y regiones, según datos de ForeignAssistance.gov. La ayuda se destinó principalmente a los siguientes países:
- Ucrania: Más de 16 mil millones de dólares, en el contexto del conflicto con Rusia y la asistencia humanitaria.
- Israel: 2.2 mil millones de dólares, en línea con los acuerdos estratégicos de cooperación bilateral.
- Etiopía y Jordania: Cada uno recibió más de 1 mil millones de dólares, destinados a programas de estabilización y ayuda humanitaria.
- Otros beneficiarios clave: Somalia, Afganistán y la República Democrática del Congo también recibieron sumas significativas para el alivio de crisis humanitarias y conflictos internos.
En América Latina, USAID ha destinado fondos a países como Perú, Colombia y Venezuela, con enfoque en desarrollo económico, derechos humanos y asistencia ante desastres naturales. En Perú, por ejemplo, los programas han estado dirigidos a la conservación del Amazonas y la lucha contra el narcotráfico.
El futuro incierto de USAID
Desde el inicio de su segunda administración, Trump ha tomado medidas que ponen en duda la continuidad de USAID en su forma actual. En enero de 2024, su equipo de gobierno anunció la intención de reducir drásticamente la agencia, argumentando una supuesta falta de eficiencia en la distribución de fondos. Elon Musk, a cargo del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha sido un fuerte impulsor de esta medida, alegando que USAID es un “instrumento de desperdicio burocrático”.
El cierre temporal de las plataformas digitales de USAID y la suspensión de ciertos programas han generado preocupación en la comunidad internacional. Expertos y organizaciones humanitarias advierten que la eliminación de USAID podría dejar un vacío en la asistencia global, afectando a millones de personas que dependen de estos fondos para sobrevivir en situaciones de crisis.
USAID sigue siendo un actor clave en la asistencia internacional, pero su futuro es incierto ante la presión política en Washington. La discusión sobre su reforma o posible cierre no solo afecta a Estados Unidos, sino también a los millones de beneficiarios en todo el mundo que dependen de sus programas. Mientras esta situación se define, gobiernos, organizaciones humanitarias y ciudadanos deben mantenerse atentos a las decisiones que marcarán el rumbo de la cooperación internacional estadounidense en los próximos años.