Twitter anunció este viernes el despido de «cerca del 50%» de sus 7.500 empleados en el mundo, una semana después de haber sido adquirida por el hombre más rico del planeta, Elon Musk.
Los empleados de la firma habían sido llamados a quedarse en casa este viernes a la espera de la ronda de despidos, en el marco de una reestructuración de la compañía lanzada por Musk.
«Cerca del 50% de la fuerza laboral se verá afectada por los despidos«, señala un correo electrónico al que accedió la AFP, que fue enviado a los empleados de Twitter que perdieron sus trabajos luego de la compra de la empresa por 44.000 millones de dólares.
Los empleados de la firma habían sido llamados a quedarse en casa este viernes a la espera de la ronda de despidos, en el marco de una reestructuración de la compañía lanzada por Musk.
La firma californiana comunicó a cada empleado su decisión a través de un correo electrónico, y anunció el cierre temporal de oficinas.
«Como fuera anunciado hoy más temprano, Twitter reduce sus efectivos para ayudar a mejorar la salud de la empresa. Estas decisiones nunca son fáciles y es con pena que le escribimos para informarle que su puesto en Twitter se ve afectado. Hoy (viernes) es su último día de trabajo», indica uno de los correos enviados a los empleados al que ha tenido acceso la AFP.
«Me desperté con la noticia de que ya no trabajaría más en Twitter. Tengo roto el corazón. No me lo creo», escribió en su perfil Michele Austin, directiva de reglamentos para Estados Unidos y Canadá.
«Desafortunadamente no hay otra opción cuando la empresas pierde más de 4 millones de dólares por día», dijo Elon Musk en su primer mensaje sobre el tema, 24 horas después del primer correo enviado por la empresa a sus empleados.
«Se ha propuesto una indemnización de tres meses a todos los que han perdido su empleo», añade el tuit del magnate.
Los trabajadores se venían preparando para la reducción de la plantilla desde que Musk completó la semana pasada la adquisición de la compañía y rápidamente se dispuso a disolver su junta directiva y a despedir a su director ejecutivo y altos gerentes.
«Tácticas mercenarias»
Los administradores y departamentos de marketing y de diseño parecen particularmente afectados, según un empleado recientemente despedido que solicitó el anonimato.
Teme que la nueva dirección intente hallar formas para evitar pagar las indemnizaciones por despido a los antiguos empleados, acusándolos de faltas profesionales. «Diríamos tácticas mercenarias, tratan de ahorrar a toda costa, al punto de tratar a la gente de forma inhumana», lamenta.
La noche del jueves, cinco empleados de Twitter presentaron una demanda colectiva contra la empresa por no recibir el preaviso de 60 días que exige la ley de Estados Unidos para los despidos masivos, según el texto del reclamo consultado por la AFP.
Uno de ellos, Emmanuel Cornet, fue despedido por falta profesional sin explicación, aun cuando hacía parte de entre el 5 y el 10% de los mejores ingenieros de la empresa, según los listados que se conocieron esta semana.
Elon Musk trajo a desarrolladores de Tesla, otra de sus empresas, para supervisar el trabajo de los empleados de Twitter, y también lanzó el rediseño de varios productos, entre estos la suscripción de pago y el sistema de verificación de las cuentas imponiendo un ritmo severo que confirma el cambio de cultura empresarial.
«Destrucción en tiempo real»
«Asistimos en tiempo real a la destrucción de uno de los sistemas de comunicación más potentes del mundo. Elon Musk es un multimillonario imprevisible e incoherente, representa un peligro para esta plataforma, que no está calificado para dirigir», reaccionó Nicole Gill, confundadora de Accountable Tech, una de las oenegés que instaron a los anunciantes a hacer presión sobre el multimillonario.
El empresario promulga una visión absolutista de la libertad de expresión, que según sus detractores, puede abrir la puerta a abusos como el ciberacoso, los discursos de odio o la desinformación.
Varios grupos empresariales como los fabricantes de vehículos General Motors o Volkswagen, así como el gigante de la agroindustria General Mills, suspendieron su publicidad en Twitter tras la adquisición.
Además, más de un millón de usuarios parecen haber dejado la plataforma desde el jueves pasado, de acuerdo a estimaciones de la consultora Bot Sentinel, especialista en análisis de cuentas de redes sociales.
Para financiar la compra de Twitter, Musk endeudó fuertemente a la compañía cuya salud financiera ya es frágil tras registrar pérdidas significativas en los dos primeros trimestres del año.
El viernes, Musk culpó de la caída de los ingresos de Twitter a «un grupo de activistas que presionaron a los anunciantes a pesar de que nada cambió con la moderación del contenido e hicimos todo lo posible para apaciguar a los activistas». «¡Es realmente una tontería! Están tratando de destruir la libertad de expresión en Estados Unidos», agregó.
Yoel Roth, responsable de la seguridad de la red social, quiso tranquilizar al escribir en un tuit que solo un 15% del departamento de moderación de contenidos había sido despedido y que el personal en la primera línea había sido el menos afectado.