El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que no hubo víctimas estadounidenses en los ataques iraníes contra sus bases militares en Irak, dijo además que Teherán parecía estar tratando de reducir el conflicto. Como represalia por la muerte Qassem Soelimaní, el ejército iraní disparó misiles contra bases que albergan militares estadounidenses en Irak.
EL presidente de EEUE dio un discurso en donde afirmó que “Ningún estadounidense sufrió daños en el ataque de anoche por parte del régimen iraní. No tuvimos víctimas”, agregando además que “Nuestras grandes fuerzas estadounidenses están preparadas para cualquier cosa. Irán parece estar refrenándose”.
Mientras tanto, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, se dirigió a los iraníes que coreaban “muerte a Estados Unidos” y arengando a los participante dijo que los ataques realizados por ellos son “una bofetada” a Washington, instando a que las tropas norteamericanas abandonen la región.
Mohammad Javad Zarif, ministro de Relaciones Exteriores de Irán, dijo que habían tomado “medidas proporcionales” en defensa propia y que no buscaba escalar la confrontación.
Fuentes de gobierno de Europa y Estados Unidos dijeron que creían que Irán evitó deliberadamente bajas militares estadounidenses para no provocar un recrudecimiento del conflicto.
Un portavoz del ejército iraní negó “informes de medios extranjeros” que sugirieron que hubo algún tipo de coordinación entre Irán y Estados Unidos antes del ataque para permitir que las bases fueran evacuadas.
Según la televisión estatal iraní, se lanzaron 15 misiles balísticos desde su territorio hacia objetivos estadounidenses en Irak. Las bases de al-Asad y otra instalación militar de Erbil recibieron impactos, así indicó el Pentágono en un comunicado.
Más de 5.000 efectivos permanecen en Irak junto a otras tropas extranjeras como parte de una coalición que ofrece entrenamiento y apoyo logístico a las fuerzas iraquíes frente a la amenaza de los militantes del Estado Islámico.
