A pesar de considerarse mujeres y registrarse como tales, «tienen aspecto físico de hombres, nombres de hombre, actitud de hombre», dicen las funcionarias de Samur-Protección Civil.
Un grupo de trabajadoras del Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate de Madrid, Samur-Protección Civil, ha presentado una queja a la dirección del servicio en la que expresan su malestar por la presencia en sus vestuarios femeninos de dos personas con «aspecto físico de hombre» que se identifican como mujeres, acogiéndose a la llamada Ley trans.
Según la carta, presentada a primeros de julio, dos hermanos que, tras identificarse como mujeres en el marco de la Ley Trans, hacen uso del vestuario femenino, han creado situaciones incómodas para la gran mayoría de trabajadoras, sobre todo por la actitud de uno de ellos, recogen medios locales.
Las trabajadoras aseguran que los cuerpos, anatómicamente masculinos, quedan expuestos a la vista de las demás compañeras del vestuario, lo que ha generado momentos muy tensos y «comprometidos».
«Varias trabajadoras del Samur, al compartir vestuario, hemos sido vistas desnudas o en ropa interior, cuando estamos desnudándonos o vistiéndonos para el cambio de uniformidad, sintiéndonos muy incómodas por ello», afirman en la misiva. Las trabajadoras han trasladado su malestar a las nuevas usuarias, que —aseguran en la carta— recorren casi la totalidad de las dependencias, atravesando de extremo a extremo del pasillo central y haciendo uso de las duchas y aseos de la zona más distante, cuando disponen de unos más cerca.
Las empleadas de este servicio municipal de la capital española resaltan en su queja que, a pesar de considerarse mujeres y registrarse como tales, estas personas «tienen aspecto físico de hombres, nombres de hombre, actitud de hombre, voz de hombre, se visten como hombres, y por lo que nosotros y nosotras observamos, comportamiento de hombres«.
Según estipula la llamada Ley trans, la voluntad de la persona es el único requisito para cambiar de sexo en el registro a partir de los 16 años, sin necesidad de tratamientos hormonales, evaluaciones médicas o intervenciones quirúrgicas.