Los recientes movimientos de tropas de la OTAN hacia Europa del Este están elevando las tensiones a niveles críticos, encendiendo las alarmas de un posible enfrentamiento en Europa que podría escalar en un clonflicto mundial.
Con la guerra en Ucrania como telón de fondo, la alianza ha incrementado su despliegue militar cerca de las fronteras de Rusia, lo que algunos expertos califican como la mayor movilización desde la Guerra Fría; la OTAN ha desplegado decenas de miles de soldados y equipos pesados en los países bálticos, Polonia y otras zonas estratégicas, justificando estos movimientos como una respuesta a las amenazas de Moscú y su creciente hostilidad.
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A medida que los gobiernos de Occidente refuerzan sus alianzas militares y el nuevo secretario general entrante, Mark Rutte, establece su postura, la situación se vuelve aún más delicada.
La posibilidad de un enfrentamiento entre potencias nunca ha sido tan cercana, advierten analistas, quienes señalan que cualquier escalada podría derivar en una guerra de grandes proporciones.
