He tenido el honor y la alegria de participar en Madrid del II Encuentro Internacional de Católicos con responsabilidades políticas, promovido por el Cardenal Osoro, con patrocínio simultaneo de la Konrad Adenauer Stiftung y de la Universidad San Pablo CEU, para trabajar el tema de la cultura del diálogo en la vida política a la luz de la Carta Encíclica Fratelli Tutti.
Del evento, denominado “Una Cultura de Encuentro en la Vida política para el servicio de nuestros pueblos”, han participado líderes políticos de diversos países y diversos partidos, a título personal, contando aún con la especial presencia del Cardenal Pietro Parolin, Secretário de Estado del Vaticano.
Las ponencias tocaran temas profundos, desde las lecciones y desafios de la pandemia, pasando por la amistad cívica, fraternidad y solidariedad en la vida política, compreensión y misericórdia, enfin, sobre el amor a Dios, a los hombres, a los que concordan o discordan de nosotros.
El tema de mi ponencia ha sido “Valores Humanos, Diálogo y Pluralismo”, compartindo quatro consideraciones con basis en la propuesta de la Fratelli Tutti que estimula una abertura social y política permeada de amistad y focada en el bien comun.
En resumem, he podido destacar que los valores cristianos son ante todo humanos y los compartimos de alguma forma. En ese sentido es preciso aprender a abrirse tambien a entender los diversos aspectos que componen el pensamiento de los demás – sin prejuicios o accepciones de personas – y, a la vez, no subestimar la capacidad del ser humano de ser humano.
Em este contexto, hablé de las políticas familiares como una pauta que une, y sobre la familia como escuela de relaciones, ciudadania y solidariedad.
El segundo requisito para un diálogo fecundo seria el estilo. No se puede defender el ser humano de forma infra humana. Hay que cultivar el respecto, la cordialidad, la afabilidad, de forma compositiva, y no, opositiva. La verdad penetra a través de la caridad. Es preciso querer las personas, ante todo, venciendo repulsas y dilatando el corazón.
El tercer punto trató de la necesidad de formar una nueva de generacion de políticos, con sentido de misión y amor al bien comum. De hecho, los jovenes estan sedientos de valores por los cuales valga la pena luchar – aunque la midia barullenta insista en demonstrar el revés – tambien por experiencia de falta o gozo de felicidad propria o de las personas que les circundan, buscando una vida más plena.
nfatizé, por la experiencia, que la reflección filosófico-antropológica puede ser un buen camino para pensar y operar por cuenta propia y de forma auto transcendente.
Por ultimo, he presentado la necesidad de mantener nuestro corazón recto y expurgado del autointeres, como essencial a la vocación y misión política.
Pero, lo que más quiero destacar es lo que hemos podido aprender y profundizar – también a través de la prática – en este fraterno y alegre intercambio. Entre tantas otras lecciones, destaco la necesidad de ser puentes -dejándose pisar por los dos lados-; saber escuchar a todos; regalar nuestra amistad y en especial, servir!
Una buena conclusión sacada a partir de las palavras del Cardenal Parolin, que ha identificado la política como servicio, se resume en esta definición que, como afirmamos, tiene que llevar a la acción: Política es poder? Politica es servir? Política es poder servir!