La violencia ha vuelto a teñir de sangre a la región de Cachemira. Al menos 26 personas murieron este martes en un brutal ataque perpetrado por hombres armados contra un grupo de turistas en Pahalgam, uno de los destinos más populares del norte de India. Las autoridades indias califican el atentado como el más letal contra civiles en años.
Según fuentes policiales citadas por la agencia AFP, los atacantes abrieron fuego indiscriminadamente contra los visitantes en plena temporada turística. Pahalgam, ubicado a unos 90 kilómetros de la ciudad de Srinagar, es conocido por sus paisajes montañosos y rutas de senderismo. La tragedia ha generado conmoción en todo el país.
El primer ministro indio, Narendra Modi, condenó lo ocurrido y prometió una respuesta firme: «Este ataque es una abominación. Los responsables serán llevados ante la Justicia». Por su parte, el ministro del Interior, Amit Shah, voló de inmediato a la zona del atentado y aseguró que el gobierno usará “las más duras consecuencias” contra los responsables.
Hasta el momento, ningún grupo ha asumido la autoría, aunque el historial de la región apunta a grupos insurgentes separatistas que operan desde hace décadas en Cachemira, mayoritariamente musulmana. Estos grupos buscan la independencia del territorio o su adhesión a Pakistán, país que también reclama la región en su totalidad.
Cachemira es uno de los territorios más militarizados del mundo, con más de medio millón de soldados indios desplegados de forma permanente. En 2019, el gobierno de Modi revocó la limitada autonomía que tenía la región, lo que provocó protestas masivas y una creciente tensión entre Nueva Delhi e Islamabad.
El ataque ocurre apenas un día después de la reunión entre Modi y el vicepresidente estadounidense JD Vance, en el marco de una visita oficial de alto nivel. El contexto ha levantado sospechas sobre la posible intencionalidad política del atentado.
El ministro principal del estado de Jammu y Cachemira, Omar Abdullah, lamentó la masacre: «Los autores de este ataque son animales. Es uno de los peores actos que hemos visto en años».
Uno de los testimonios más impactantes lo dio un guía turístico local que, al escuchar los disparos, se acercó al lugar para ayudar: «Vi cuerpos tendidos en el suelo, algunos claramente sin vida. Llevé a caballo a varios heridos al hospital», declaró a AFP.
Mientras tanto, la seguridad se ha reforzado en toda la región y las fuerzas armadas han iniciado operativos para dar con los atacantes. El gobierno indio ha reiterado su compromiso de lucha contra el terrorismo: «Nuestra determinación es inquebrantable. Su malvada agenda nunca tendrá éxito», aseguró el primer ministro.
La comunidad internacional, por su parte, ha empezado a reaccionar, aunque hasta el cierre de esta edición no se ha emitido un comunicado conjunto. La matanza podría escalar nuevamente las tensiones entre India y Pakistán, una región donde el conflicto geopolítico, religioso y territorial continúa latente desde hace más de siete décadas.
