Partidarios del gobierno y fuerzas de seguridad de Bolivia se enfrentaron el domingo a manifestantes leales al expresidente Evo Morales en un enfrentamiento callejero, la segunda escalada violenta de este tipo esta semana mientras aumentan los temores de más disturbios en la nación andina.
Los manifestantes y contramanifestantes se lanzaron petardos, explosivos caseros y piedras unos a otros en una zona polvorienta de la ciudad de El Alto, mientras la policía antidisturbios lanzaba gases lacrimógenos contra la multitud. Al menos ocho personas resultaron heridas, informó el Ministerio de Salud de Bolivia.
El enfrentamiento, que estalló mientras miles de bolivianos que apoyaban a Morales continuaban una marcha de una semana de 190 kilómetros (118 millas) hacia la capital, La Paz, habla de la profundidad del cisma en la política boliviana antes de las elecciones presidenciales del próximo año.
Morales y su ex ministro de Economía, ahora acérrimo rival, el actual presidente Luis Arce , compiten por liderar al partido socialista dominante de Bolivia, conocido por su acrónimo en español MAS, en las elecciones de 2025. En los últimos meses, su lucha por el poder ha paralizado al gobierno, exacerbado el agotamiento de las reservas de divisas de Bolivia y alimentado las protestas callejeras.
La crisis política comenzó en 2019 , cuando Morales, que llegó al poder en 2006, se vio obligado a dimitir tras ser reelegido para un tercer mandato en unas elecciones marcadas por acusaciones de fraude y protestas masivas . Dejó el país, pero hizo un espectacular regreso político un año después , y volvió para descubrir que había conservado
un amplio apoyo entre los bolivianos pobres e indígenas.