Internacional

La Casa Real española confirma que Juan Carlos I está en los Emiratos Árabes

Tras dos semanas sin conocerse el paradero del rey emérito, Juan Carlos I, la Casa Real española confirmó este lunes que llegó el pasado 3 de agosto a Emiratos Árabes Unidos y que permanece allí desde entonces, poniendo punto y final a quince días de especulaciones sobre su nuevo destino.

En un escueto comunicado, la Casa Real señala que «Su Majestad el rey don Juan Carlos ha indicado a la Casa de Su Majestad el rey que comunique que el pasado día 3 del presente mes de agosto se trasladó a Emiratos Árabes Unidos, donde permanece en la actualidad».

Hace quince días Juan Carlos I, de 82 años, comunicó a su hijo el rey Felipe VI su decisión de vivir fuera de España ante las informaciones publicadas en las semanas anteriores sobre sus presuntos negocios ocultos en Suiza, que amenazaban con deteriorar la imagen de la monarquía en el país.

En concreto, el rey emérito justificó su decisión por la repercusión pública de «ciertos acontecimientos pasados» de su vida privada y para facilitar a su hijo la tranquilidad y el sosiego que requiere el ejercicio de sus funciones.

De la República Dominicana a Nueva Zelanda

Juan Carlos de Borbón emprendió viaje el mismo lunes, horas antes de que la Casa Real divulgara el comunicado, y desde entonces se sucedieron varias informaciones sobre el lugar al que voló.

En un primer momento, se dijo que estaba en la República Dominicana, en el complejo turístico de La Romana, propiedad del empresario de origen cubano José Fanjul, íntimo amigo suyo.

Otras noticias apuntaron a que desde la localidad de Sanxenxo (Pontevedra, Galicia, noroeste de España), donde pernoctó la víspera de su marcha, cruzó la frontera y se instaló en Portugal, si bien unos medios le situaban en Estoril y otros en Azeitão, a unos 35 kilómetros al sur de Lisboa.

Posteriormente se publicó que había volado desde la ciudad de Vigo, también en Galicia, en un jet privado a Abu Dabi, a 5,600 kilómetros de Madrid, para instalarse en un lujoso hotel, donde ha estado en varias ocasiones desde su abdicación en 2014.

El digital Nius aportó una fotografía bajando por la escalerilla del avión al llegar a la capital de Emiratos Árabes Unidos, que fue la última pista del periplo, aunque algunos medios de comunicación apuntaron también la posibilidad de que aquello hubiera sido solamente una escala en un viaje más largo hasta Nueva Zelanda.

Una decisión del propio rey emérito

Hacer público el nuevo destino de Juan Carlos de Borbón era una decisión del rey emérito y solo de él, según argumentó en reiteradas ocasiones la Casa Real y también el Gobierno español.

Y en eso insistió el jefe del Ejecutivo, el socialista Pedro Sánchez, tras verse el pasado miércoles con Felipe VI en la isla mediterránea de Mallorca, donde la familia real pasa unos días de vacaciones.

Al tiempo que la Casa Real anunciaba su traslado, su abogado aseguró que el anterior jefe del Estado español permanecía a disposición de la Justicia por si fuese requerido por la Fiscalía del Tribunal Supremo, que examina si el rey emérito ha podido incurrir en alguna causa penal desde que dejó el trono.

Durante su viaje Juan Carlos I contactó con varios amigos, a los que comentó que su salida de España era un «paréntesis», dejando abierta la posibilidad de que se trate de una marcha temporal, según apuntaron varios medios.

En los últimos meses se han publicado en España una serie de informaciones sobre un presunto dinero oculto que Juan Carlos I tenía en Suiza y la donación que hizo de 65 millones de euros a su entonces amiga íntima, Corinna Larsen, al margen del fisco.

La Fiscalía está investigando el origen de esos 65 millones de euros ingresados en Suiza en la fundación Lucum, radicada en Panamá, para determinar si eran comisiones abonadas por Arabia Saudí por la construcción del AVE español a la Meca.

Discrepancias en el seno del gobierno

La salida de España de Juan Carlos I fue una decisión tomada tras múltiples contactos entre la Casa Real y el Gobierno español, que desembocaron en una reunión definitiva de Felipe VI con su padre.

La manera en la que se gestó puso nuevamente en evidencia las discrepancias existentes entre los socios del Ejecutivo de coalición, Partido Socialista (PSOE) y el izquierdista Unidas Podemos (UP), que mantienen posiciones muy distintas sobre ese asunto y sobre el futuro de la monarquía.

Mientras Sánchez defiende la institución monárquica, «porque se juzga a las personas, no a las instituciones», el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos y republicano convencido, considera que el rey emérito debería «dar la cara en su país y ante su pueblo» e insiste en que en España hay un debate social sobre la utilidad de la monarquía.