El ministro israelí de Energía, Eli Cohen, anunció este domingo que ordenó cortar el suministro eléctrico a la Franja de Gaza, una semana después de que Israel bloqueó toda la ayuda destinada al territorio palestino, devastado por el conflicto entre Israel y el grupo terrorista palestino Hamás.
«Basta de hablar, es hora de actuar», determinó. «Acabo de firmar la orden de dejar de suministrar electricidad inmediatamente a la Franja de Gaza», anunció Cohen en un video y publicó una foto de sí mismo en la red social X mientras lo hacía.
El objetivo es ejercer presión sobre la organización islamista, señaló. «Basta de hablar, es hora de actuar», escribió. Hamás todavía mantiene secuestrados a decenas de rehenes desde su ataque a Israel el 07 de octubre de 2023.
«Usaremos todos los medios a nuestra disposición para garantizar que todos los rehenes sean devueltos y nos aseguramos de que Hamás no esté en Gaza un día después» de terminada la guerra, enfatizó Cohen.Insistió en que se emplearán «todos los medios para asegurar el regreso de todos los rehenes israelíes», en referencia a las 59 personas secuestradas en el ataque del 7 de octubre de 2023 y que continúan en la Franja, retenidas por Hamás.El comunicado del Ministerio de Energía israelí incluye una copia de la carta remitida a la Corporación Eléctrica de Israel ordenando el cese de la venta de electricidad al enclave palestino.Hace una semana, cuando expiró la primera fase del alto al fuego, Israel ordenó detener los envíos de ayuda a Gaza para presionar a Hamás.El suministro de electricidad a la Franja de Gaza a través de cables desde Israel y Egipto ha sido irregular durante años. Tras el inicio del conflicto en Gaza hace un año y medio, la única central eléctrica en el enclave palestino también dejó de producir. Muchos se las arreglan con energía solar y generadores.
Según el diario israelí Haaretz, la única electricidad que Israel vende hasta ahora a la Franja de Gaza servía para el funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas residuales, que no podrá continuar con su actividad. Los pocos hospitales, aún operativos, explican, dependen de generadores eléctricos que funcionan con gasolina.
Esta medida se produce cuando se cumple una semana desde que Israel prohibiera la entrada de ayuda a la Franja, en una medida que Hamás calificó como «un intento flagrante de evadir el acuerdo, de alto el fuego alcanzado el 19 de enero, y evitar entrar en negociaciones para la segunda fase». Esta segunda etapa suponía el inicio de conversaciones para un cese definitivo de la violencia.
El gobierno de Benjamin Netanyahu, por si parte, justificó la medida como una respuesta al rechazo de Hamás a acogerse a la propuesta de alto el fuego planteada por Estados Unidos, que prorrogaba la pausa 50 días a cambio de la liberación de la mitad de los rehenes retenidos. Ya entonces avisó de «consecuencias adicionales» e incluso de la reanudación de la guerra.