Bolhem Bouchiba, exdiseñador gráfico de Disney y Pixar que organizó violaciones de menores en Filipinas que se transmitieron en directo a sus dispositivos en Francia y Estados Unidos, fue condenado por el Tribunal Penal de París a 25 años de prisión, recoge Le Monde.
Bouchiba, de 59 años, que trabajó en éxitos como ‘Ratatouille’, ‘Lilo y Stitch’ y ‘Los Increíbles’, enfrentó cargos por complicidad en violaciones y agresiones sexuales a centenares de niñas filipinas y fue acusado de haber ordenado la transmisión en vivo de más de 1.000 actos de abuso sexual.
Tras una deliberación de más de seis horas, el tribunal declaró culpable a Bouchiba imputándole además cargos por complicidad en el tráfico de personas menores de edad agravado en calidad de reincidente y visualización habitual de contenidos de pornografía infantil en Internet.
La sala penal del tribunal ordenó la obligación de indemnizar a las partes civiles, un seguimiento sociojudicial por 20 años y la prohibición definitiva de ejercer una profesión con menores.
En octubre de 2021, Bouchiba fue arrestado en el aeropuerto de San Francisco, EE.UU., y remitido a la Justicia francesa por un informe de la Europol que alertó a las autoridades al identificar movimientos sospechosos de fondos enviados a Filipinas, uno de los países más afectados por el fenómeno de la violación en ‘live streaming’ que permite el acceso a internautas de todo el mundo.
Se calcula que Bouchiba transfirió cerca de 55.000 dólares desde 2012 a 2021 a mujeres filipinas para que violaran niñas de entre 5 y 10 años, e incluso a una menor de 2 años. Durante estas transmisiones por webcam, él dirigía las acciones, denigraba a las menores llamándolas «cerdas» y se masturbaba mientras presenciaba los abusos.
El exdiseñador ya fue declarado culpable de agredir sexualmente a una menor en 2014 y cumplió una condena condicional de dos años, por lo tanto, se le procesó en calidad de reincidente.
La confesión
El pasado martes comenzó el juicio de Bouchiba, denominado por los expertos como pedófilo con carácter predominante sádico.
El acusado admitió todos los cargos y afirmó: «No he sido humano», añadiendo que «me doy cuenta de todo lo que he hecho, pido perdón a las víctimas». Asimismo, confesó que pagaba entre 55 y 110 dólares por cada ocasión y recalcó que «cada vez que enviaba dinero me daba una liberación psicológica», según detalla Le Parisien.
Cuando se le preguntó por la primera vez que vio pornografía, dijo: «Estaba buscando algo diferente, algo nuevo, pero sin saber qué era», y mencionó que accidentalmente encontró la foto de una niña desnuda. «Esta primera foto resonó en mí y me hizo querer mirar una segunda», afirmó el acusado.
Bouchiba, quien hizo peticiones sexuales de tortura, reconoció que era consciente del miedo de las niñas durante las sesiones.