Con anterioridad al fallido intento de asesinato, el expresidente de EE.UU. durante años enfrentó una avalancha de amenazas por parte de sus oponentes políticos, que se intensificaron en estos últimos meses de campaña.
El candidato republicano a la presidencia de EE.UU., Donald Trump, quien este 13 de julio sufrió un atentado durante un evento de campaña en el estado de Pensilvania, desde hace tiempo ha estado siendo blanco de una violenta retórica por parte de sus opositores, los que en declaraciones públicas instaban a «eliminarlo» o hasta a «cortarle la cabeza».
«Eliminar» la «amenaza para la democracia» de EE.UU.
En cuanto Trump anunció oficialmente el inicio de su carrera por el segundo mandato presidencial el año pasado, el congresista Daniel Goldman, representante del 10.º distrito congresual de Nueva York, en declaraciones a MSNBC expresó que no se podía permitir que el exmandatario republicano «volviera a ocupar un cargo público». «No solo no es apto, sino que es destructivo para nuestra democracia y tiene que ser eliminado«, instó.
Aunque Goldman posteriormente se disculpó por su forma de hablar durante la entrevista, esta línea retórica una y otra vez ha emergido en discursos o publicaciones de sus copartidarios demócratas. Así, la expresidenta de la Cámara de Representantes y congresista por California, Nancy Pelosi, la semana pasada, luego de tachar a Trump de «un autócrata autoritario», afirmó que «está socavando» la democracia de EE.UU., por lo que «no puede ser presidente» y «hay que detenerlo«.