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Acusan de cargos criminales a padre e hijo del tiroteo en escuela de Georgia

El juez fijó en principio para el próximo 4 de diciembre las audiencias preliminares de ambos acusados

Colin Gray, el padre del adolescente acusado del tiroteo en una escuela de Georgia que dejó cuatro muertos, fue acusado este viernes de cuatro cargos de homicidio involuntario, dos cargos de asesinato en segundo grado y ocho cargos de crueldad hacia niños por presuntamente permitir el acceso del joven al arma.

El juez a cargo señaló que de ser hallado culpable, Gray, de 54 años enfrenta un total de 180 años de cárcel.

Por su parte, su hijo Colt Gray presunto responsable fue acusado en una corte de Georgia de cuatro cargos de asesinato tras el tiroteo del miércoles pasado en el que murieron dos alumnos y dos profesores de un instituto de secundaria en Winder, un día después de que su padre fuera imputado por los mismos hechos.

El juez le dijo en un principio que podía enfrentar la pena de muerte o cadena perpetua, pero después corrigió y le dijo que, al ser menor de 18 años, no afrontaría la pena capital.

El menor está recluido en el Centro de Detención Regional de Menores de Gainesville (Georgia), pero será juzgado como un adulto.

El juez fijó en principio para el próximo 4 de diciembre las audiencias preliminares de ambos acusados.

En la sala estaban familiares de las víctimas y heridos, a quienes el magistrado agradeció la compostura mostrada durante la audiencia de hoy.

El ataque que desató el joven Gray acabó con la vida de los estudiantes de 14 años Mason Schermerhorn y Christian Ángulo, así como la de los maestros de matemáticas Richard Aspinwall, de 39 años, y Cristina Irimie, de 53.

Además de las cuatro víctimas mortales, en el tiroteo, el número 45 de los registrados en lo que va de 2024 en centros de enseñanza de EEUU, según un recuento de CNN, resultaron heridas nueve personas, todas por arma de fuego salvo dos, de acuerdo con fuentes policiales, citó Efe.

Gray, que utilizó un arma tipo fusil semiautomático AR-15, había sido investigado hace un año por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Georgia por presuntamente haber amenazado con un tiroteo escolar a través de internet, y fue interrogado entonces junto a su padre.

En aquel interrogatorio, el joven negó ser responsable de las amenazas y su padre dijo que tenía armas en casa pero que estaban a resguardo del hijo.